QAnon / NOM
Todas las teorías de conspiración dicen que nada ocurre por casualidad, nada es como parece, y que todo está conectado y controlado por un grupo de agentes malignos que orquestan en secreto todo lo que pasa.
Estas teorías conspirativas se refieren a "complots" repletos de suposiciones insensatas que no deben confundirse con las verdaderas conspiraciones demostradas histórica y criminológicamente, castigadas por leyes penales y sentencias de tribunales.
El enorme potencial dramático de las conspiraciones las convierte en el material preferido para argumentos de novelas, guiones de filmes y series de acción y ciencia ficción.
Hay miles de ejemplos de "conspiraciones" que reducen y distorsionan la historia para hacerlas creíbles, pero que solo existen en la imaginación: Los Illuminati que gobiernan el mundo; los protocolos de los sabios de Sión (sabios que nunca existieron) que plantea una conspiración de judíos y masones para dominar el mundo; "El código Da Vinci", que esconde la verdadera historia de Jesús; el "Deep State" o gobierno oculto en las entrañas de los gobiernos legítimamente electos y cientos de películas como The Truman Show, Zeitgeist, JFK, Eyes Wide Shut, etcétera, que sugieren todo tipo de conspiraciones.
Otras teorías conspiracionistas hablan, por ejemplo, de que Barack Obama es el anticristo, que George Bush organizó los atentados del 11-S, y una en extremo absurda que afirma que la Tierra es hueca y en su centro (retiembla) habita una cultura subterránea.
La organización llamada openDemocracy apunta, con razón, que debido a los frecuentes escándalos en los gobiernos y las crisis institucionales la gente tiende a refugiarse en nuevas narrativas, al grado inclusive de abandonar o desconfiar de los datos y hechos científicos.
Esta nueva forma de irracionalismo posmoderno deja vacíos fácilmente llenados por teorías de conspiración que renuevan viejos mitos o crean nuevos (Ej: AMLO es el elegido para acabar con el "Deep State Mexicano").
Dicho lo anterior me refiero a dos recientes teorías de conspiración que circulan en las redes sociales.
Una es la conspiración pro-Trump, llamada QAnon, que asegura que un miembro anónimo del gobierno americano, identificado como "Q" (Q Anónimo) está ayudando a Trump en su "heroica batalla contra los Satánicos Demócratas Pedófilos". El planteamiento es que actores progresistas de Hollywood, unidos a políticos y funcionarios demócratas de alto rango, participan en una red internacional de tráfico sexual de niños, y que Trump les está persiguiendo para prevenir un supuesto golpe de Estado orquestado por Barack Obama, Hillary Clinton y George Soros.
Los creyentes de esta "conspiración", que se estiman en cientos de miles, portan pancartas con la letra Q, y buscan en las palabras y acciones de Trump mensajes ocultos que luego obedecen.
La otra "conspiración" llamada NOM (Nuevo Orden Mundial) está relacionada con la pandemia del Covid-19. La teoría dice que "el coronavirus son las riendas para manipularnos, desestabilizarnos, crear pánico y odio, y exterminar a la población más vulnerable para instaurar el NOM".
Dicen además que las vacunas fueron creadas por Bill Gates, quien utilizando sus conocimientos de nanotecnología, al vacunarnos nos insertará un "chip" con el cual podrán controlar la mente humana.
Es increíble lo que algunas personas son capaces de inventar y creer.
El Covid-19 no es una construcción de laboratorio o un virus manipulado a propósito. Kristian Andersen, profesor de Scripps Research, junto con profesores de la Universidad de Tulane, la Universidad de Sidney, la Universidad de Edimburgo y la Universidad de Columbia realizaron la investigación que lo confirma, y en la revista médica The Lancet, un grupo de científicos condenaron enérgicamente las teorías de conspiración que sugieren que el Covid-19 no tiene un origen natural.
Lo único que las teorías de conspiración logran crear es miedo, desinformación y la proliferación de charlatanería médica, política y religiosa que llevan a buena parte de la población a minimizar la letalidad del virus, a aumentar el número de contagios y muertes, a confiar más en amuletos que en la ciencia, en productos milagro, recetas caseras y medicamentos sin eficacia probada.
Los creyentes pueden estar tranquilos: ninguna conspiración resiste un té de guayaba.
"No es casualidad que los sinónimos
de creyente sean: crédulo, ingenuo,
inocente y tonto".
Yo