Muros


Los muros siempre van a tener una utilidad y un significado ambivalente.

Dependiendo el lado en que se esté, sirven para proteger o para dividir, para marcar la diferencia entre afuera y adentro, para impedir la entrada o para impedir la salida, como es el caso, por ejemplo, de las ciudades amuralladas y de las cárceles.

Los muros inevitablemente tienen que ver con las relaciones humanas, y cuando se construyen como "solución" a miedos o conflictos, aflora su ambivalencia: al mismo tiempo pueden ser censurados por los que quedan afuera, es decir los excluidos, los discriminados, los repudiados, los despreciados, o por los que quedan adentro viviendo en prisiones o guetos, que valorados por aquellos a los que los muros brindan cierta sensación de protección o pertenecientes a una clase social superior, intocable, inalcanzable e insoluble.

Mismo muro, diferente sensación: protección o prisión, admisión o exclusión.

Cada muro que se construye como solución a conflictos deja una marca indeleble en la memoria histórica de las ignominias, y ejemplos hay muchos: como el reciente muro de Trump, o el famoso muro de Berlín, que separó a la Alemania Federal de la Alemania Socialista y significó la muerte de quienes intentaban cruzarlo con fines de huida, convirtiendo su caída en símbolo de libertad y democracia.

Es tal la eficacia de separación que los muros físicos tienen, y su carga simbólica, que el término se utiliza a la hora de hablar de sentimientos, comunicación y relaciones sociales, o para referirnos a la falta de empatía y entendimiento: "construiste un muro entre los dos", "tienes a tu alrededor un muro infranqueable, impenetrable", decimos frecuentemente y con frustración.

Como arquitecto, cada vez que me encuentro frente a un papel blanco, con el lapicero en la mano y la imaginación encendida, inevitablemente aparece un pensamiento que a través de los años se ha hecho recurrente, y tiene que ver con la idea de que cada raya que yo plasme en el papel, puede ser un muro alto y ciego, que tape, divida, proteja o impida el paso, o un muro bajo, transparente o con aperturas que enmarquen paisajes, que deje pasar la luz, enfoque y encauce andares y miradas, y permita ver al otro lado.

El pasado 8 de Marzo, "Día de la Mujer", el gobierno mexicano se amuralló.

Construyó un muro de acero a su alrededor, y como muro que era, su utilidad y significado fue ambivalente y contradictorio en muchos sentidos.

El mal llamado por el Presidente como el Muro de Paz, si bien por un lado sirvió para evitar que la manifestación frente al símbolo de la 4T, el Palacio Nacional, se convirtiera en un símil de la toma al Capitolio por los seguidores de Trump, por otro sirvió para dividir más, para demostrar la incapacidad de diálogo, la falta de atención a las demandas de las mujeres, y para ser blanco de la frustración e impotencia que ellas y todos sentimos frente a un gobierno que no escucha, que resultó ser un muro sordo que acentúa las diferencias y divide a los mexicanos entre ricos y pobres, entre conservadores y liberales, entre leales y traidores... un muro que protegió bien al gobierno y a los edificios, pero dejó una vez más a las mujeres afuera, desprotegidas y a merced de los violadores, de los acosadores y de los machos.

La carga simbólica de los muros es enorme. Y como poéticamente lo describe la letra de la famosa canción Another Brick in the Wall del grupo de rock Pink Floyd, cada uno de nosotros somos (o podemos ser), uno más de los ladrillos con los que se construyen los muros que nos separan o nos vuelven impenetrables. Cada una de las razones, eventos y heridas que tenemos en nuestras vidas personales y en la vida colectiva, son un "ladrillo" utilizado para construir muros a nuestro alrededor.

Lo bueno, la esperanza, es que al final, todos los muros, sean físicos, emocionales o ideológicos, de alguna manera se pueden cruzar o demoler.

"...We don't need no education
We dont need no thought control
No dark sarcasm in the classroom
Teachers leave them kids alone
Hey! Teachers! Leave them kids alone!
All in all it's just another brick in the wall.
All in all you're just another brick in the wall..."

Pink Floyd

"Siempre que hay un muro,
hay una escalera"
Yo.