Margaritas a los puercos
Cuando releí un viejo artículo que escribí en este mismo espacio hace ya casi 11 años, el 21 de julio de 2011 para ser exacto, me consternó la vigencia de lo que entonces dije, ya que es prueba de dos cosas: una, que no hemos podido poner al frente del gobierno personas capaces y honestas que enfilen el país en procesos de mejora continua, especialmente en cuanto a los niveles de pobreza, corrupción, salud, seguridad y educación se refiere; y dos, que las quejas, señalamientos, denuncias, manifestaciones y propuestas que los ciudadanos hacemos por diferentes medios al final llegan a oídos sordos. Es como se dice, "arrojar margaritas a los puercos".
Esto es lo que escribí hace 11 años, y al leerlo podrán constatar que el tiempo pasa, la vida se nos acaba y las cosas siguen igual o peor que antes (por razones de espacio, omití algunas partes):
"La tranquilidad de mi lectura matutina del periódico con un café al lado, se transformó en rabia y desesperación con solo leer los encabezados de distintos periódicos locales: Pagan 10 millones de pesos a empresas "fantasma"; Inventan capacitación; Pasan con 3 los maestros; Asesinan a 11 hombres en 48 horas; Hallan cuerpo descuartizado...
"En lugar de leer el contenido de estas noticias, que al final es más de lo mismo (corrupción, impunidad y bajo nivel educativo) me quedé pensando: ¿Hasta cuándo vamos a darnos cuenta los ciudadanos que estamos atrapados por una mafia incrustada en los partidos políticos y que el país está en manos de ladrones?
"¿Qué tiene que pasar más grave para poder cambiar el tipo de personas que nos gobiernan?
"Todos los días se reportan fraudes y abusos de todo tipo. No hay prácticamente ninguna tesorería o presupuesto público al que no le metan mano. Se roban todo lo que pueden; se coluden con delincuentes; se protegen entre ellos mismos; sus decisiones, y la ausencia de decisiones, se dan solo en la medida de sus intereses; todos los días hay muertos (por violencia); tenemos que sopesar los pros y contras de proteger nuestros derechos, si demandamos a la propia autoridad, ante la amenaza de represalias y consecuencias de todo tipo; sale más barato (y es más seguro) pagar las extorsiones que defendernos.
"(...) El gobierno y los funcionarios públicos, lejos de representar nuestros intereses, velar por el bienestar colectivo y ser facilitadores de nuestros emprendimientos, son una pistola cargada con las balas del poder y apuntada permanentemente a nuestra sien; son la 'Espada de Damocles' que siempre pende sobre nuestras cabezas amenazando nuestras vidas, nuestro futuro y nuestro patrimonio.
"Esto es México. Y no creo ser pesimista, sino realista.
"El problema es uno y las soluciones son varias.
"El problema son los partidos políticos que controlan y definen quiénes serán nuestros gobernantes y legisladores. Porque el poder real no lo tiene el que está en la silla, sino quien lo puso en ella. Y por increíble que parezca, los ciudadanos no decidimos quién debe sentarse en las sillas del poder; si acaso elegimos algo, es el color de la mafia que hay detrás de los candidatos, quienes ejercerán sus cargos sujetos a sus condiciones y acuerdos previos. (...) Decía que las soluciones son varias, pero todas radican en la intervención ciudadana en las instituciones de gobierno y en cada uno de los partidos políticos que supuestamente nos representan. (En suma) las soluciones están en el poder del elector para designar candidatos".
Eso dije hace más de una década, y nada ha cambiado. Tenemos que hacer algo distinto o seguiremos quejándonos de lo mismo o de algo mucho peor.
Les sonará absurdo lo que voy a decir, pero si bien los gobiernos anteriores eran igual de corruptos que los de hoy, al menos tenían la "decencia" -si se le puede llamar así, a ser bandido sin negar serlo-, de no envolverse en banderas de moralidad y ética como los actuales, cuya deshonestidad intelectual los hace peores. Podría decirse que los bandidos de antes eran auténticos, profesionales, capaces y con los escrúpulos necesarios para cuidar las formas y a la gallina de los huevos de oro, mientras que los de hoy son bandidos de pacotilla, incompetentes, y cuya rapacidad, resentimiento y ambiciones sin límites acabarán con todo.
Es peor quien hace mal habiendo prometido el bien, que quien hace mal sin haber prometido nada.
Yo