Ejército S.A.

El Presidente, Andrés Manuel López Obrador, anunció la creación de oootra empresa militar, ahora dentro de la Secretaría de Marina, la cual estará a cargo del aeropuerto de Guaymas y la renovación de su puerto marítimo, del aeropuerto de Ciudad Obregón y de la construcción de una planta de licuefacción de gas, con una inversión de tres mil millones de dólares. Esta nueva empresa militar se suma a la otra que antes ya había anunciado y que bautizó con el ridículo nombre de "Olmeca Maya Mexica", la cual controlará, administrará y operará el Tren Maya junto con cuatro aeropuertos del sureste del país.

Yo creo que el Presidente no se da cuenta de todo lo que implica operar y administrar eficientemente empresas con este grado de complejidad y sobre todo hacerlas competitivas y rentables. Sin planes de negocio que sustenten su viabilidad, las proyecciones económicas de estos emprendimientos son las de un barril sin fondo.

Hay muchos ejemplos del despilfarro y opacidad de las empresas del gobierno, y en especial las de las 4T, como el fracaso de la monumental inversión del aeropuerto de Santa Lucía, o el reciente caso de Birmex, empresa que tomó relevancia en los últimos años al haberle asignado la responsabilidad de distribuir fármacos, vacunas y equipo médico para todo el país.

Hace unos días, la empresa admitió que no ha logrado establecer el programa de distribución de medicamentos por la complejidad que implica. Esto debieron haberlo previsto antes de desmantelar el sistema de compras y distribución de medicamentos que venía operando.

Adicionalmente al criminal desabasto de medicinas, en los dos últimos años Birmex reflejó un quebranto de alrededor de 2 mil millones de pesos y se documentaron desvíos por 213 millones de pesos en facturas falsas.

Hacer las cosas bien requiere de capacidad, conocimientos, experiencia y honestidad, cualidades que el Presidente y sus más cercanos colaboradores carecen. Su profunda ignorancia, y desprecio por el conocimiento, le llevan a sobresimplificar las cosas como cuando dijo que "no se requiere gran ciencia para sacar petróleo, es perforar un pozo como si se fuera a extraer agua".

Al fracaso del AIFA, del Insabi, del Banco del Bienestar, de Gas Bienestar, de las Universidades del Bienestar, de Birmex, de la vacuna Patria, de la CFE y de Pemex, próximamente se sumará el fracaso del Tren Maya, el de Dos Bocas y el de estas nuevas empresas en Sonora, con las que ahora, a la Secretaría de Marina, además de tener a su cargo todas las operaciones navales, garantizar la seguridad y control de las zonas marinas y litorales mexicanos para evitar su empleo por el narcotráfico y la delincuencia organizada, deberá administrar y operar dos aeropuertos civiles y construir una planta de gas.

Si una empresa privada funcionara como las empresas del Estado, hace tiempo se habrían cerrado y sus principales directivos estarían presos.

Piensa mal y acertarás, dice el dicho. Y pensando mal, diría que el Presidente está convirtiendo al Ejército mexicano en "Ejército S.A.", una empresa "multitask" a su servicio, por tres razones: la primera, para que en caso de que él decida convertirse en dictador, o sus sucesores pierdan futuras elecciones, tener el respaldo del Ejército para alegar fraude y por la fuerza mantenerse en el poder; la segunda, para por medio de empresas y negocios al mando del Ejército desviar recursos para beneficio personal y de sus compinches, y la tercera, para controlar todos los aeropuertos, puertos marítimos y aduanas del país, por los que puede pasar todo lo que les venga en gana, incluyendo las "mercancías" de sus delincuentes preferidos, y sin que nadie pueda investigar o probar nada, ya que el Ejército se vigila y audita a sí mismo. Ahora, pensando bien, las intenciones del Presidente son buenas, simplemente no sabe hacer bien las cosas.

APOSTILLA

El subsecretario de Salud, Hugo López Gatell, dijo que "lo deseable es que (los consultorios de las farmacias) no existan". Si lo que la Ssa quiere es que el pueblo no los utilice, lo que tienen que hacer es competir exitosamente con ellos. En este sentido el pueblo sí que es sabio, o al menos no es tonto: si el gobierno brinda servicios de salud buenos, expeditos y gratuitos, de tarugos van a dejar su dinero a una farmacia.