RecordArte

 

El domingo pasado, como parte de las actividades que se llevan a cabo en la Vía RecreActiva de Zapopan, en el Parque Incluyente "El Polvorín" se llevó a cabo el evento denominado "RecordArte" (#nosotros recordamos) en el que familiares de sobrevivientes del Holocausto y sociedad en general realizaron una actividad artística conjunta, plasmando sobre los senderos del parque distintos dibujos alusivos a la paz, la tolerancia y la igualdad.


Esta actividad que por segunda ocasión se organiza en conjunto por el Ayuntamiento de Zapopan y la Comunidad Hebrea de Guadalajara, alrededor del 27 de enero, fecha que la ONU proclamó como "Día Internacional en Memoria de las Víctimas del Holocausto", tiene un solo e importante objetivo: recordar y educar a fin de evitar que genocidios y cualquier acto de discriminación e intolerancia en el mundo se repitan, y esto sea una responsabilidad compartida que nos obligue a todos a educar sobre las causas, las consecuencias y la dinámica de las ideologías de odio, y a no ser indiferentes frente a la discriminación y los crímenes atroces que se siguen repitiendo en diversas regiones del mundo.

En este evento, el Alcalde zapopano, Pablo Lemus, dijo una vez más que su Administración seguirá por el sendero del respeto, del trabajo, de la inclusión y de pensar en los demás.
Me pareció importante compartir en este espacio unos extractos del mensaje que la presidenta de la Comunidad Hebrea de Guadalajara, la señora Graciela Ciociano dirigió a los asistentes a este evento y que resume perfectamente el espíritu e importancia de ese día de recordación.

"Alguien dijo... 'Pertenezco a un pueblo y a una cultura que no se ha resignado a darle la última palabra al dolor y ha convertido sus pesares en materia de esperanza'. El judío confía en una interpretación más y cree que es posible volver a empezar. El holocausto no tuvo la última palabra.

"Ese es ni más ni menos el sentido real de una conmemoración dedicada a las víctimas. No hay última palabra, no debe haberla nunca.

"(...) Como testigos de los pocos sobrevivientes que van quedando y de una historia maltratada intencionalmente con fines ideológicos, tenemos la responsabilidad de la memoria.

"Le debemos a la humanidad, a los millones exterminados, a los sobrevivientes, a los vencidos y a los vencedores palabras significativas que llenen los espacios que las víctimas han dejado y ocupen un lugar en nuestra memoria y nuestro sentimiento.

"Somos responsables. Poderosas palabras pueden devolverle la dignidad a nuestros muertos, darle voz a los resilientes y llamar por su nombre al mal extremo que frente a un mundo silencioso perpetró una matanza sin precedentes.

"No son suficientes las palabras, pero son imprescindibles. Sin ellas la soledad de los niños en los campos de exterminio o los gritos ahogados de dolor regresarían al silencio y al olvido.

"El silencio fue un holocausto en sí mismo. La indiferencia del mundo que dejó sin protección a los necesitados es hoy un peligro que nos amenaza en nuestra cotidianeidad enloquecida sin detenernos a mirar al otro y a horrorizarnos frente a un mundo violento y sin piedad.

"Somos responsables de proteger al necesitado, al vulnerable, a las minorías. Somos responsables de crear, no de manera tolerante sino de forma convincente, con aceptación y respeto, una sociedad justa para todos.

"Somos responsables de recordar para no repetir, para no permitir que el odio, la discriminación, y las ideas absurdas nos impidan estar juntos y construir una sociedad pluralista con raíces profundas en el agradecimiento por una diversidad que matiza nuestra vida y da color y forma a una humanidad variada y comprometida.

"Fuera de cualquier ideal romántico o ingenuo, la pluralidad enriquece y aporta. Hay en la diversidad sin duda un aporte a mi identidad, y no una amenaza.

"Somos responsables de aprender y enseñar de manera inteligente y conjunta los peligros inminentes de la intolerancia, de los fundamentalismos, de las posturas irreconciliables."

Para mí, recordar, pero sobre todo, presenciar una injusticia significa una sola cosa: la obligación moral de actuar para impedirla.

"El mundo no está en peligro por las malas personas, sino por aquellas que permiten la maldad".  Albert Einstein