'Straight'

 

En la obra de teatro intitulada "Straight", que hace unos años se presentó en Nueva York, el director de cine y teatro Manolo Caro escuchó a un actor decir: "Un chico es 'straight ' por default, y si por alguna razón tuviera que ver con otro chico, inmediatamente se convierte en gay y ahí quedó.  Todo lo demás se relaciona. Esa pequeña fracción de quien eres se convierte en el resto de tu identidad".

En ese momento supo que debía traer la obra a México, ya que ese mismo texto tendría otro significado en un país como el nuestro en el que "todo mundo quiere ser amigo de un gay pero cuando se trata de tu hijo, de tu hermano o de tu papá, las cosas cambian".

Esta obra que se estrenará el próximo 11 de mayo en el Teatro Milán de la Ciudad de México aborda un polémico tema digno de debates: Si alguien admite ser gay, se pone una etiqueta que borra de golpe todo lo que es. Por eso muchas personas lo ocultan. Ya no será más la persona querida, admirada o exitosa que siempre ha sido. A partir de ese momento le identificarán y se referirán a él con un solo calificativo, el de gay.

Es importante señalar que una obra teatral no emite juicios, simplemente expone una situación. Es como debieran ser las noticias de un periódico: objetivas, imparciales, neutrales. Así lo plantea Caro: "el texto de la obra no dice cómo debes vivir o lo que debes de hacer, todo se deja al libre albedrío del público".

La puesta en escena de "Straight" pone sobre la mesa y nos hace pensar en los propios prejuicios y la discriminación consciente o inconsciente que la mayoría de las personas sienten o ejercen cuando están frente a cualquier minoría, frente a cualquier persona que es, piensa o cree diferente a nosotros, o frente a experimentaciones sexuales que aunque hayan sido por una sola y única vez no concuerdan con lo que estamos acostumbrados a ver o hacer.

Se trata de una comedia contemporánea en la que Dan (Erick Elias), un banquero inversionista de 26 años a quien le gusta la cerveza, los deportes y su novia Elsa (Zuria Vega), pero también le gusta Andrés (Alex Speitzer), se resiste a ser etiquetado y definido por su conducta sexual, más que por sus demás cualidades y capacidades personales. Cuando su conducta sexual personal es sólo una ínfima parte, y ni siquiera la más importante de todo lo que es.

Sentir una atracción homosexual pone irremediablemente a las personas en casilleros negativos, que les restan oportunidades y los convierten en objetos de burla o crítica. Estas conductas discriminatorias y de "bullying" son rechazadas cada vez por más personas, que objetan la dicotomía "gay-straight".

La obra cuestiona el absolutismo de la sociedad, si en temas de sexualidad todo es blanco o negro, y si esta cerrada definición de ser homosexual o heterosexual es siquiera necesaria.

¿Por qué debemos adoptar identidades que coincidan con nuestro comportamiento sexual?

Jane Ward, profesora de la Universidad de California, en su estudio titulado "Not Gay" acerca de ciertas conductas homosexuales entre hombres heterosexuales, dice así: "Una mujer puede besar a otra, gustarle, y seguir llamándose heterosexual. Las mujeres que incursionan en acoplamientos de su mismo sexo son disculpadas y en algunos casos hasta celebradas, pero si un hombre hace lo mismo es visto y tratado de manera diferente".

Se trata de una obra que en palabras de su director "invita a poner atención a cada una de las palabras que pronuncian sus personajes, quienes desde su trinchera y con sus defectos y virtudes apuestan por aquello anhelado por todos, la felicidad".

Espero que la obra en algún momento venga a Guadalajara, una ciudad en la que este tipo de contenidos, difíciles, polémicos y controvertidos, cobran singular importancia por el conservadurismo de su sociedad y la cerrazón que muestra para siquiera a debatir el tema más allá de charlas superficiales del "après-teatro".

Una periódica salpicada de "cosmopolitanismo" le haría mucho bien a esta ciudad, cuyas nuevas generaciones piden a gritos dejar atrás "el alma de provinciana" con la que se nos ha etiquetado, y en su lugar adoptar el alma de los ciudadanos del mundo.

"Lo único que debemos discriminar es el bien del mal".

Yo