Escuelas sindicales

Escuelas sindicales


Comienzo con el final: Propongo que sea obligatorio para todos los diputados, senadores, funcionarios públicos, dirigentes de partidos políticos y líderes de sindicatos de la educación, tener a sus hijos en escuelas públicas.

Si según ellos la contra-reforma educativa que han diseñado y aprobado es buena para todos los mexicanos, debe ser buena para ellos también. Si consideran que un maestro reprobado en sus evaluaciones debe continuar en su puesto y está capacitado para brindar una educación de calidad a los hijos de los ciudadanos que pagamos sus sueldos, también debe ser bueno para educar a los suyos.

Gracias a las decisiones que han tomado los diputados y senadores y los partidos políticos a los que pertenecen, pueden con orgullo decir que ahora las escuelas públicas serán buenas, bonitas y gratuitas (que no es lo mismo que baratas).

Tal vez habría que exentar de esta obligación que propongo a los funcionarios que públicamente se opongan a las decisiones del gobierno en materia educativa. (En materia de salud, debería ser lo mismo: salvo determinadas excepciones, los funcionarios públicos y sus familias deberían tener la obligación de atenderse en los sistemas de salud públicos).

Así como dicen en los negocios que "hay que poner la cartera donde se pone la boca", les digo a todos los que de una u otra manera apoyaron y aprobaron la contra-reforma educativa que pongan a sus hijos en donde ponen sus argumentos y sus votos.

Si es bueno que los maestros obtengan sus plazas de manera "automática", si los mecanismos de capacitación y evaluación magisterial que aprobaron son los mejores; si creen que lo que conviene a la niñez mexicana es que el sindicato de maestros o alguno de sus beligerantes brazos políticos sea el que decida qué se enseña, cómo se enseña, quien lo enseña y cuánto gana el "enseñador", que pongan a sus hijos en las escuelas públicas y éstos reciban los beneficios del sistema educativo que ellos mismos crearon.

El triunfo de la CNTE para imponer sus prebendas, atribuciones y demandas sindicales, que nada tienen que ver con la calidad de la educación, envía un mensaje a la sociedad y en especial a la juventud mexicana, que para lograr algo en México no es necesario estudiar, aprender, trabajar o ser mejor que los demás, sino que basta unirse a un movimiento lo suficientemente beligerante que enarbole banderas de justicia y nobles ideales, para luego en su nombre hacer plantones, quemar pozos petroleros, bloquear aeropuertos y carreteras que pongan en jaque a la sociedad, y con ese chantaje hacer que el gobierno doble las manos.

Y si es necesario, llegar al grado de eliminar a todo aquel que se oponga a su causa, lo que de paso los convertirá en "valientes" homenajeados por considerar que el fin justifica los medios.

Lo que se está transmitiendo a la sociedad y las conciencias de las futuras generaciones es que la corrupción y el tráfico de influencias (todo lo que la 4T pretende o simula querer erradicar) rinden mejores frutos que el estudio, el esfuerzo y el trabajo honesto. Es una pena decirlo, pero las historias de vida de la mayoría de los dirigentes sindicales, políticos y presidentes mexicanos, no son ejemplo a seguir.

Para ellos el combate a la pobreza, el estado de derecho, el bienestar de la sociedad y el desarrollo son sólo argumentos que se utilizan para ganar votos, acceder o mantener el poder y así lograr riqueza personal y un nefasto lugar en la historia.

Ser mejor persona, anteponer principios y el bien común al propio, son virtudes de timoratos o de individuos débiles que siempre serán víctimas y estarán a merced del más fuerte, del corrupto o del violento.

Ahora, gracias a la contra-reforma educativa, la rectoría de la educación está en manos de un sindicato y no del estado. En lugar de tener escuelas y educación pública, tendremos escuelas y educación sindical, con autoridades educativas que avalan e institucionalizan el chantaje, la ignorancia y la flojera.

No es cualquier cosa. Se hipotecó el futuro del país y el desarrollo de generaciones completas de mexicanos a cambio de conveniencias políticas presentes. Ganó la CNTE, perdieron los niños. Perdió México.

"Educad a los niños y no será necesario castigar a los hombres".

Pitágoras.