Influencers
Ha surgido una nueva "profesión", si se le puede llamar así, la de los llamados "influencers" (influenciadores de mercadotecnia). Son personas que tienen en redes sociales como YouTube o Instagram un importante número de seguidores que ven todo lo que publican, escuchan sus recomendaciones acerca de determinados productos, marcas, lugares, etc., o simplemente tratan de imitar sus estilos de vida.
El alcance masivo que tienen es utilizado por marcas comerciales para inducir y difundir determinadas compras.
Estudios y encuestas en 60 países (Global Trust in Advertising Report / Nielsen) demuestran que el 83 por ciento de los consumidores confían en las recomendaciones de amigos y familias, y el 66 por ciento en las opiniones de otros, particularmente de aquellos que se han formado una imagen, se han ganado la confianza de sus seguidores o han construido una comunidad a su alrededor, pasando de ser usuarios de las redes a "influenciadores" de ellas.
La diferencia que yo veo entre los consumidores tradicionales y los de nueva generación es que los primeros estamos acostumbrados a decidir por nosotros mismos qué comprar y qué no, en base a nuestros propios gustos y posibilidades, y los segundos basan buena parte de sus decisiones no sólo en las opiniones de terceros, sino además, y esto es lo mas preocupante, en el querer ser o parecerse a otro.
Por ello para mí, "un influencer es el sustituto de la opinión propia" y una solución superficial a un problema social de nuestra época: la insatisfacción crónica o destructiva, y que consiste en nunca estar conformes con quienes somos, cómo somos o con lo que tenemos.
Cada vez más personas hacen compras y asisten a determinados lugares no con el fin de satisfacer una necesidad material, estética o de placer, ni siquiera para rodearse de amigos verdaderos, gente valiosa y constructiva, sino para imitar el aspecto físico o estilo de vida de personas que de alguna manera les son atractivas y en muchos casos envidian.
En lugar de reconocer y aceptar las diferencias intelectuales, físicas o económicas, y hacer lo necesario para desarrollar talentos e imagen propios, prefieren convertirse en imitadores (copycats) del aspecto y conductas ajenas, al grado inclusive de someterse a estúpidas cirugías plásticas para modificarse físicamente y así, según ellos, parecerse más a quienes admiran.
Lo único que logran quienes viven imitando a otros por su aspecto y no por sus talentos o cualidades humanas, es hacer de su vida una obra de teatro en la que su cuerpo, ropa y accesorios son el vestuario o disfraz, sus modos de actuar el guion escrito por el "influencer", y los lugares que frecuentan su escenografía favorita.
Cabe mencionar que hay una importante diferencia entre un "influencer de mercadotecnia" y un líder de opinión cuyos conocimientos y experiencia en alguna materia hacen que sus consejos sean seguidos y sus opiniones valoradas.
Nunca será lo mismo la recomendación de alguien "pagado" para promover la venta o el consumo de determinados productos, que la opinión desinteresada de eruditos y personas versadas en algún campo de la actividad humana.
La mercadotecnia se ha encargado de confundir las opiniones expertas e independientes que dan certeza y credibilidad a las cosas, de las recomendaciones sesgadas de personas indoctas, pero populares (en política sería como confiar en las ideas de un estadista vs. la de un populista).
Tal vez el ejemplo más obvio son los anuncios de pastas de dientes o de productos milagro, en los que actores vestidos con batas médicas los recomiendan, avalados además por asociaciones profesionales "patito".
En lugar de inf luenciadores de mercadotecnia, que lo único que promueven es el consumismo banal y la ilusión de poder ser personas diferentes a las que realmente somos, lo que deberíamos encontrar y seguir en las redes sociales son influenciadores de conductas éticas, positivas y duraderas, modelos a seguir que nos hagan ser mejores personas y mejores ciudadanos, individuos críticos con opinión propia, y no imitadores de las vidas de otros o actores secundarios de la obra de teatro en la que la vida actual se esta convirtiendo.
APOSTILLA
A propósito del Año Nuevo y los que le siguen, espero y deseo que a todos les haya "caído el veinte".
"Un 'influencer' es el sustituto
de la opinión propia".
Yo