Lugar 53
Diferentes reportes acerca del manejo que el mundo ha dado a la pandemia del Covid-19 advierten que "la respuesta de México ha sido lenta, tibia y basada en argumentos que no se ajustan a la realidad; que la crisis señalada por los científicos, los economistas y los periodistas es peor a la que el gobierno reconoce; que la pandemia en México está fuera de control; y que la narrativa del gobierno está llena de imprecisiones y opacidad, y con una negativa a aprender de experiencias internacionales".
Por su parte, el director general de la OMS llamó a México a "tomarse muy en serio la pandemia" luego de que se duplicaron contagios y muertes en noviembre. Al respecto el subsecretario López-Gatell minimizó el llamado, diciendo que "se lo dice a todo el mundo", lo que significa que, para él, el hecho de que se hayan duplicado las muertes no es motivo de alarma.
Las estimaciones futuras de contagios y muertes son espantosas, y en lo económico el pronóstico es que al final del 2020 el PIB habrá caído más de 8% y el número de mexicanos en situación de pobreza habrá pasado de 22 a 33 millones. Como se decía en tiempos del presidente Echeverría: estábamos al borde del precipicio y hemos dado un paso adelante.
El último reporte elaborado por Bloomberg bajo el título "The Best and Worst Places to Be in the Coronavirus Era" comparó con toda objetividad la situación en 53 países con una economía mayor a 200 mmdd, por medio de un "Ranking de Resiliencia al Covid", basado en 10 indicadores clave, como el aumento de contagios, tasas de mortalidad, capacidad del sistema de salud, el impacto de las restricciones y los cierres a la economía, etcétera. En este ranking, México quedó ubicado nada menos que en el lugar 53.
La respuesta del presidente López Obrador a este reporte fue la misma que da siempre que se hace público algún dato u opinión negativa a su gestión: descalificar a la fuente, atacar o ridiculizar a los críticos, minimizar la información o afirmar tener "otros datos".
En el caso del lugar 53, dijo que "las publicaciones más famosas suelen equivocarse, y algunas actúan sin ética", y que "no afecta en nada, la mayoría de la gente ni siquiera se entera de estas publicaciones, con todo respeto".
Esto último revela la opacidad y manipulación de la información que caracteriza a la actual administración. Es más importante que "la gente" no se entere, que reconocer la realidad y hacer los cambios necesarios para reducir la cantidad de muertos (físicos y económicos) y que al final es lo más importante.
¿Por qué, por ejemplo, en Nueva Zelanda -considerada como el mejor lugar para vivir en la era del coronavirus- la tasa de mortalidad por Covid-19 es de solo 5 por millón, y en México es de 782 por millón? ¿Qué están haciendo ellos que nosotros no?, es lo importante, y no si son pocos o muchos los que se enteran de la información comparativa.
Lo que el Presidente quiere es que nadie se dé cuenta de los malos resultados que caen en su esfera de responsabilidad.
La "Constitución Moral" de AMLO debiera decir que ocultar o manipular información que pone en riesgo la salud y la economía de la población es éticamente inadmisible.
Si somos el peor lugar para vivir durante la pandemia, si nuestra tasa de mortalidad es de las más altas del mundo, es obligación del gobierno hacerlo saber y proponer las medidas correctivas para revertir esa realidad. Esconderla, minimizarla, descalificarla o manipularla, es sencillamente criminal.
Si casi nadie se entera de estos reportes, hay que difundirlos, y no por mero afán de crítica al gobierno, sino porque los ciudadanos tenemos derecho a estar informados y a las mejores prácticas, y más cuando se trata de salvar vidas y salvar economías.
Ahí la importancia de las críticas fundadas y de los medios de comunicación que informan lo que ocurre en México y en el mundo.
Minimizar riesgos, tergiversar o esconder información que permite a la población protegerse de un virus potencialmente mortal, es como ocultar o minimizar la alerta temprana de un sismo, de un huracán o de un tsunami.
La información no siempre conduce al pánico, conduce a la correcta interpretación de riesgos, y a una responsable toma de decisiones a la hora de decidir qué hacer y qué no hacer en una situación de emergencia prolongada como la actual.
"Peor que no saber, es creer saber".
Yo