Whoo-ha!
Actualmente, el artículo 8 de la Ley Federal de Cinematografía (LFC) estipula que "las películas serán exhibidas al público en su versión original y, en su caso, subtituladas en español, en los términos que establezca el reglamento. Las clasificadas para público infantil y los documentales educativos podrán exhibirse doblados al español".
Esto está a punto de cambiar gracias a la iniciativa presentada la semana pasada por el senador de Morena Martí Batres, en la que se propone que todas las películas extranjeras que se estrenen en México serán dobladas al español e incluso a lenguas indígenas.
El texto de la iniciativa que recoge planteamientos del gremio del doblaje y la Asociación Nacional de Actores (ANDA) dice: "Las películas cuyo idioma original sea distinto al español deberán contar con una versión doblada que permanezca en igual número de salas, en cada complejo, y durante el mismo tiempo que la versión en idioma original, respetando los porcentajes del tiempo total de exhibición estipulados en el artículo 19 de esta ley. (...) En el caso de las películas cuyo idioma original sea el español deberá ofrecerse también en al menos un horario por sala una versión doblada a la lengua indígena predominante en la región".
Mientras continúe la exhibición de películas en su idioma original (con subtítulos), me parece bien que existan versiones dobladas para que niños, personas con discapacidad visual, indígenas que no entiendan español, así como los incapaces de leer subtítulos a buena velocidad, y los pocos analfabetos que aún quedan puedan verlas.
Para mí ver una película doblada es como ver la copia de una pintura original, y aunque ésta (la copia) pueda ser buena, al final es copia.
Quienes ven películas dobladas no saben lo que se pierden. Es lo que en inglés llaman "lost in translation" (perdido en la traducción), y que se refiere a todo aquello que nos perdemos cuando vemos una película o serie doblada, particularmente cuando se intenta trasladar emociones y códigos culturales de otras sociedades a la nuestra.
Lo que se pierde en muchos casos son las sutilezas del lenguaje, los significados profundos de las ideas, humores y expresiones que solo hacen sentido y pueden apreciarse en el idioma, contexto y cultura originales. Se pierde, además, y esto me parece lo más importante, la calidad interpretativa de los actores, sus respiraciones, suspiros, pausas, timbres de voz, etcétera, que en muchos casos ningún doblaje, por más bueno que éste sea, podrán igualar. Cabe mencionar que en ocasiones, particularmente en películas animadas, el doblaje puede ser hasta mejor que el original, pero eso solo ocurre cuando existen buenas traducciones, buenos actores y libertad interpretativa.
El mejor doblaje es el que no se nota, por ello la principal crítica a los malos doblajes es cuando las voces de los personajes se vuelven planas, monótonas, sin emociones y timbres de voz acordes a las imágenes y situaciones que vemos y, aunado a esto, la dificultad de sincronizar los tiempos y movimientos de bocas que pronuncian palabras, expresiones y frases completas en otros idiomas, con los resultantes de su traducción al español.
Quién no recuerda esas películas orientales con pésimo doblaje, en las que el audio de la traducción termina y los gestos y movimientos de boca de los actores continúan.
Diálogos mal traducidos, así como la omisión de determinados ruidos y susurros, eliminan emociones o echan a perder el buen humor.
Es en los malos doblajes donde escuchamos expresiones que nadie usa, como "oh, mi dios, esto es genial" en lugar de "oh, my god, this is great!", "vamos a patear culos" en lugar de "let's kick ass", etcétera.
¿Cómo doblar la expresión "Whoo-ha!" de Al Pacino en la película Scent of a Woman (Perfume de mujer) o la exclamación "You can't handle the truth!" de Jack Nicholson en la película A few Good Men (Cuestión de honor)?
El doblaje, si bien es necesario (o preferido) para determinados públicos, sepan éstos que se trata de nuevas interpretaciones actorales, y que cuando las traducciones y el doblaje son malos, se perderán de la calidad interpretativa de grandes actores y actrices, y en muchos casos del humor, inteligencia y espíritu original de la obra.
"Las sutilezas del lenguaje
llevan la mente a lugares distintos".
Yo.