La 'verdat'



Con una nueva e improcedente iniciativa de ley impulsada por Ricardo Monreal, coordinador de la mayoría de Morena en el Senado, se pretende controlar redes sociales como Facebook y Twitter, multándolas con 89 millones de pesos si deciden cerrar cuentas de usuarios.

El postulado dice que "es menester incluir la protección a la libertad de expresión en las redes sociales para garantizar este derecho y proteger los discursos de los usuarios que se revelan en las mismas, especialmente el discurso político por su estrecha relación con el ejercicio de la democracia".

Obviamente esta iniciativa nace con el objetivo de evitar que las redes sociales pudieran llegar a suspender las cuentas de AMLO de la misma manera que lo hicieron con Trump luego de que éste las usara para incitar a sus seguidores (soltar al tigre) a tomar el Capitolio e impedir la certificación de las elecciones que perdió, lo cual derivó además en la muerte de cuatro personas, 14 heridos y más de cincuenta detenidos.

Todo indica que ni AMLO ni los senadores entienden la razón de ser de la libertad de expresión, ni conocen los límites y restricciones a que está sujeto el ejercicio de este derecho.

Esta es la pregunta a hacerse:

¿Es una violación a la libertad de expresión garantizada en la Constitución que una red social bloquee a un usuario o el contenido de lo que en ella se publica?

La respuesta es no. Y es no porque la libertad de expresión tiene límites.

Este derecho existe principalmente para que un gobierno no pueda impedir o restringir las opiniones de los ciudadanos, aunque éstas le sean adversas.

Las redes sociales no son un brazo o extensión del gobierno, son empresas privadas, y como tales pueden decidir lo que en ellas se puede o no publicar.

Es confusa la diferencia entre gobierno y particulares en cuanto a la garantía del derecho a la libertad de expresión.

Las reglas y normas de una red social, como las de un club o cualquier establecimiento abierto al público, las ponen sus organizadores o dueños, pueden ser tan caprichosas como quieran, y su uso o acceso restringido (derecho de admisión reservado) siempre y cuando no sea por motivos de discriminación, como el origen étnico, religión, preferencias políticas o sexuales, discapacidades, etcétera.

Pero el gobierno no es una asociación privada con reglas propias o caprichosas. El gobierno es una entidad pública y sus únicas reglas están en la Constitución, en las leyes que de ella emanan y en los acuerdos internacionales suscritos que establecen normas y límites al ejercicio del poder.

Si una persona publica en las redes sociales mensajes críticos al gobierno, éste no puede (legalmente hablando) expulsarlo del país como si fuera un club privado, o condicionar su permanencia al silencio.

Lo que en la práctica hacen las dictaduras o gobiernos autoritarios es que la expulsión, el bloqueo o la censura la llevan a cabo en forma gangsteril, es decir, amenazando en privado a los críticos, y en casos extremos hasta "desaparecerlos".

Si el Presidente de un país impide la libertad de expresión o viola él mismo los límites y restricciones establecidos para ejercer su propio derecho a la libertad de expresión, también puede y debe ser sancionado.

Estos límites, establecidos en los artículos de la Convención Americana sobre Derechos Humanos y cuya aplicación de ninguna manera puede considerarse como censura, nacen del siguiente principio: "nadie puede ser sancionado por decir la verdad". Y en sentido inverso, todos podemos ser sancionados por decir mentiras. Todos también podemos y debemos ser sancionados por incitar al odio, a la violencia o a la comisión de delitos.

Si lo que le preocupa a AMLO es que las redes sociales pudieran llegar a bloquearlo, la solución no es controlarlas, ni siquiera intentar crear una red social propia del gobierno para decir lo que le venga en gana, como lo ha sugerido, sino hablar siempre con la "verdat" (al final con "t", de Tabasco), que es lo que pregona todos los días.

Si diciendo la "verdat" las redes sociales lo bloquearan, entonces sí podríamos hablar de censura y habría algo que reclamar. El problema al que AMLO se enfrenta, y lo que quisiera cambiar es que las redes sociales y todos los medios de comunicación no estén dispuestos a difundir como "verdat" sus mentiras, sus "otros datos".

"La verdad se puede esconder, mas no desaparecer".

Yo