Capacidad de ahorro
El sueldo mensual de 108,656 pesos que el Presidente se autoasignó, estableciéndolo además como tope salarial para todos los funcionarios públicos, es una farsa que solo sirve para sembrar la idea en la mente de los más pobres, de que el Presidente es un hombre honesto, y que administra los recursos públicos con una ejemplar combinación de eficiencia y austeridad.
El salario de los funcionarios públicos de más alto nivel es irrelevante para la enorme mayoría de ellos, quienes estoy seguro de que aceptarían el cargo que ostentan inclusive sin remuneración alguna. En su caso lo que aplica es el dicho que dice "a mí no me den dinero, solo pónganme donde hay", o ¿de qué otra manera se explica que militantes y dirigentes de partidos políticos, luchen a capa y espada para obtener una candidatura, asegurar un puesto en el gobierno y recibir un sueldo mediocre?
No me digan que se matan entre sí (literalmente) solo para tener el privilegio de servir al pueblo.
Es obvio que lo que buscan no es el salario del puesto, sino estar en posiciones de poder que les permitan vender influencias, asignar contratos y hacer negocios a costa de todos.
Para los más pobres, el salario del Presidente es un mundo de dinero, y ponerlo como tope salarial pareciera ser un acto de justicia. Pero el mundo no funciona así. Las personas más capacitadas y honestas, que tienen grandes responsabilidades, que se les confía el cuidado de la vida y el patrimonio de miles de personas, o simplemente que logran resultados y hacen que las cosas funcionen bien, ganan mucho más que eso.
Salvo que estemos hablando de personas que tienen su vida económica resuelta, topar los sueldos de los funcionarios públicos a un monto que no es proporcional a las responsabilidades que tienen y resultados que se esperan de ellos, sólo logra dos cosas: conformar equipos de mediocres o equipos de corruptos que verán la forma de ganar dinero por debajo de la mesa.
La mejor manera de saber si un sueldo es alto o bajo, es identificando la capacidad de ahorro que tiene el que lo recibe, es decir la posibilidad de guardar un porcentaje del sueldo para una meta futura, para emergencias, o para crear poco a poco un patrimonio y reservas para la vejez. Sin embargo la capacidad de ahorro es individual, depende por un lado del nivel de ingresos y por otro del nivel de gastos y endeudamiento. Por ejemplo, no es igual la calidad de vida que brinda un mismo sueldo pagado a una persona soltera y sin hijos que a otra casada y con hijos.
En el caso del Presidente, su sueldo le permite vivir perfectamente por una sola razón: no tiene gastos. Su capacidad de ahorro es del 100%.
Y cuando dijo que ni siquiera tiene cuenta de cheques o una tarjeta de crédito, me pregunté: ¿le pagan entonces su sueldo en efectivo, y lo guarda debajo del colchón? ¿Paga en efectivo todo lo que se requiere para vivir sin caer en el delito de lavado de dinero, discrepancia o evasión fiscal?
En su caso, cualquier salario es bueno, hasta no recibir salario, ya que todo lo que quiere o necesita para vivir lo pagan otros.
Pero ese no es (o no debiera ser) el caso del resto de funcionarios públicos, y de todas las personas que de nuestros ingresos pagamos todo lo que necesitamos. Por eso requerimos además de cuentas de banco y tarjetas de crédito o débito, capacidad para administrar y equilibrar los ingresos con los egresos y los placeres con las responsabilidades.
Antes de que el Presidente austero que vive en Palacio Nacional pida que nadie en el gobierno gane más que él, y para asegurarse que haya una congruencia entre lo que los servidores públicos ganan y la calidad de vida que llevan, debería preguntar a los funcionarios de gobierno que más ganan, y a los diputados y senadores, especialmente a los de su partido: ¿de qué viven, cuánto gastan al mes y cuánto les sobra para guardar y crear un patrimonio que les permita un día dejar de trabajar y vivir con la misma calidad de vida que hoy tienen?
Si la respuesta es que su capacidad de ahorro es similar a la del Presidente, entonces sí, que nadie más gane más que él, pero si su capacidad de ahorro es limitada, porque a pesar de tener topados sus ingresos quieren llevar una vida de lujos, lo que deben hacer es dejar el servicio público y dedicarse a otra cosa, ya que trabajar en el gobierno no debe ser, como hasta ahora ha sido, un camino para hacerse rico.
"Tener dinero es una consecuencia,
no una meta".
Yo