Tardeadas

Ahora vamos a hablar de una campaña para quitar la Estatua de la Libertad?

¡No! Me niego a hacerlo.

No debemos caer más en el juego de sandeces en el que el Presidente nos mete diario. Gobernar no es un juego. Es cosa seria. Si algo se pone en juego cuando se juega a gobernar, es la vida y el patrimonio de millones de personas.

Usar la voz y la investidura presidencial para el chacoteo y para el escarnio es una bajeza que nos humilla a los mexicanos. Es una vergüenza y un ultraje nacional.

Lo que más disfruta el Presidente, y se le nota en su risa socarrona, es el escarnio (burla tenaz que se hace con el propósito de afrentar). Se burla de nosotros, y nosotros, en lugar de responder con indignación y exigencias maduras, respondemos con burlas de regreso. El gobierno y la vida política de México se han convertido en la conjugación del verbo burlar: él se burla, nosotros nos burlamos, ellos se burlan...

Todos los mexicanos que nos oponemos a que el país siga en manos de un payaso, de un remedo de dictador; todos los que estamos o nos consideramos informados y educados; todos los que tenemos cierta capacidad de influencia y que nos decimos o nos creemos de alguna manera pensantes, tenemos la obligación de arrebatarle al Presidente la agenda política, para que se hable de lo importante, para que se atiendan con seriedad los problemas, para que la mayoría del pueblo conozca la verdadera situación del país, que con dádivas les han comprado sus conciencias; que les han sembrado odios infundados y que están siendo engañados.

Si hacemos conciencia, si entendemos la importancia de la agenda política, veremos la capacidad que ésta tiene para influir en la opinión pública.

Para los que no lo sepan, o para que los que ya lo saben lo recuerden, "la agenda política se refiere al conjunto de asuntos y tácticas empleadas por grupos ideológicos o políticos; además de los temas de debate de un ejecutivo gubernamental o un gabinete en el gobierno, que intentan influir en las noticias y el debate político actual y futuro".

Y son los propios medios de comunicación y las redes sociales los que materializan la agenda política, dándoles difusión o haciendo virales determinados asuntos.

Por ello es que al Presidente le importa tanto lo que los medios de comunicación y los periodistas destacados dicen; por ello, abrió una sección especial en sus conferencias mañaneras ("Quién es quién en las mentiras") para contrarrestar con más mentiras las verdades incómodas que en los periódicos, noticieros y redes sociales se dicen.

Y a como están las cosas, creo que debiéramos apoyar, concretar, difundir y viralizar a la brevedad posible la idea propuesta por el legislador morenista Porfirio Muñoz Ledo, de organizar unas "tardeadas" para contrapesar las conferencias mañaneras. Cabe decir que si a algún político de izquierda respeto, por su lucidez, sensatez, madurez y altura de miras, es a él. "A Morena lo que le duele es que soy opositor desde la izquierda", dijo.

Muñoz Ledo propone llevar a cabo estas tardeadas "por el autoritarismo del Presidente, y para hacer frente a los excesos y ocurrencias que se dan todas las mañanas". En ellas se analizarán y dará respuesta a cada uno de los temas que se aborden, dijo.

Es urgente contrarrestar las mañaneras. Urge un contrapeso al discurso presidencial. Urgen respuestas serias a las evasivas del Presidente frente a los graves problemas que nos aquejan.

Urgen estas tardeadas y difundir lo que en ellas se diga.

Urgen porque se está haciendo tarde para que la oposición le responda al Presidente y se hagan visibles sus inconsistencias y sus datos falsos, con la misma difusión que se le da a lo que él dice.

Se hace tarde para la defensa de los organismos autónomos como el INE; se hace tarde para detener la actual política económica de ocurrencias, dislates y caprichos; se hace tarde para arrebatarle al Presidente la agenda política y meter al país en análisis y debates serios de cara a las próximas elecciones presidenciales, la definición de candidatos de oposición y a las promesas y planes de gobierno de quien sea que ocupe la silla presidencial el próximo sexenio. Se hace tarde para regresar al país a la senda de la cordura y decencia perdidas y para su plena inserción y liderazgo en el siglo XXI.

Se hace tarde para que inicien las tardeadas.

"A lo tarde sigue el nunca".

Yo