Premio Jalisco

En reconocimiento a mi suegro y permanente consejero, Carlos Rabinovitz.

 

Creo necesario contrarrestar las conversaciones negativas, de conflictos y turbulencias políticas, de crímenes, corrupción y desgracias con conversaciones positivas que alientan y confirman una y otra vez, que las posibilidades de un mundo mejor para nosotros y para las futuras generaciones, son reales, y dependen solo del esfuerzo y trabajo individual, que sumado al de todos se convierten en bienestar colectivo.

Por ello me refiero hoy al Premio Jalisco que cada año reconoce y estimula a personas e instituciones se distinguen de manera relevante por sus actos, obras, proyectos o por una trayectoria ejemplar a favor del estado, del país o de la humanidad.

Hace unos días el gobernador, Enrique Alfaro, entregó el Premio Jalisco 2023 a ocho destacados jaliscienses:
 
En el ámbito Cultural el premio fue otorgado a Cornelio García por dar a conocer y difundir la música, danzas, cultura, tradiciones, gastronomía, arquitectura, costumbres, fiestas y patrimonio de todos y cada uno de los 125 municipios del estado de Jalisco; en el ámbito Literario a Ricardo Castillo, por su labor como profesor investigador en el Departamento de Estudios Literarios de la Universidad de Guadalajara, donde dio cursos en la Maestría de Literaturas y en la Licenciatura en Escritura Creativa, de la cual fue fundador; en el ámbito Humanístico a María Angélica Pérez, reconocida por su labor en la asociación civil denominada Trastornos Alimenticios de Consulta y Asesoría Integral para el Tratamiento de la Anorexia y la Bulimia, A.C. de la cual es presidenta, fundadora y terapeuta; en el ámbito Cívico a la artesana wixárika Patricia Moreno, por su labor como promotora de los derechos humanos y fundadora de la Red de Promotoras de los Derechos de las Mujeres Indígenas de Jalisco A.C.; en el ámbito Científico, a José Ángel Regla, por sus proyectos de investigación en salud pública aplicados en el área de epidemias y pandemias, y por su trabajo con enfermedades emergentes y reemergentes causadas por virus; en el ámbito Deportivo a Alejandra Orozco Loza, clavadista que hizo historia al convertirse en doble medallista olímpica; en el ámbito Ambiental a Jesús Cortés Aguilar por su labor como maestro en Conservación y Manejo Sustentable de Bosques y su compromiso por la biodiversidad y la conservación; y en el ámbito Laboral a Carlos Rabinovitz, por su desempeño como empresario, promotor social y persona, destacando su papel como consejero del Banco de México, como promotor y cofundador de Plaza del Sol considerado en su tiempo el primer centro comercial de Latinoamérica, y como desarrollador del fraccionamiento El Álamo, primer fraccionamiento de vocación industrial de la ciudad, precursor de los parques industriales modernos.

Mundos distintos, vidas dedicadas a actividades que a muchos de nosotros nos resultan ajenas, extrañas o desconocidas, pero no por irrelevantes sino porque vivimos y nos desempeñamos en otros campos del quehacer humano, pero que todas ellas y sin haberlo concertado deliberadamente, contribuyen de alguna manera y en perfecta armonía, a la calidad de vida de la sociedad toda.

Tendemos a pensar que nuestros minúsculos mundos, nuestra "cuadra", nuestros particulares puntos de vista, nuestras actividades, creencias, gustos y hasta nuestros propios problemas son únicos, los más importantes, vaya, que somos el "ombligo del mundo". Pero no es así. Hay mucho más mundo que el nuestro. La vida es multifacética, multidisciplinaria, un mosaico cultural, de visiones, conocimientos y experiencias distintas. No valoramos y en muchos casos hasta despreciamos las labores de otros sin darnos cuenta de que somos interdependientes y que para nuestra propia supervivencia y bienestar todos necesitamos de todos.

Felicito a los galardonados que a lo largo de la historia de este pujante y en muchos sentidos ejemplar estado de Jalisco han sido reconocidos por su trayectoria y contribuciones a la sociedad, y por hacer de la tierra donde nos tocó vivir un mejor lugar para todos. Nosotros, los demás, los beneficiarios de sus respectivos talentos y esfuerzos, tenemos la obligación moral de continuar su labor y de transmitir sus respectivos legados a las siguientes generaciones. Es lo menos que podemos hacer.
 
"Hay huellas que seguir
y huellas que borrar".

Yo