Inteligencia delictiva

Inteligencia delictiva

Muchos se refieren al Presidente como un "genio" de la comunicación política, sin embargo, para mí, más que genio es un hábil y escurridizo mañoso. Es como las "semillas de sandía", difíciles de agarrar.

Y es que, para mí, los genios son personas cuya capacidad mental es utilizada para crear o inventar cosas nuevas y admirables, bien intencionadas y legítimas, lo cual no es el caso del Presidente. Lo que hace no cae en la definición de "genialidad" sino en la de "chingadera", término que el diccionario define como "acción ruin" y que yo defino como: "beneficio obtenido con artimañas legaloides que perjudica a otros".

La más reciente "chingadera" (que no genialidad) del Presidente es la artimaña con la que sus "corcholatas" comenzarán a hacer actos de campaña anticipados en todo el país.

La ley señala que las precampañas electorales empiezan en la tercera semana de noviembre.

Como el objetivo era que los precandidatos a la Presidencia comiencen desde ya a hacer campaña en todo el país, cosa que la ley expresamente prohíbe, pusieron en marcha su talento delictivo, armando un mañoso plan para "darle la vuelta" a la ley, burlarse de las autoridades electorales y de los ciudadanos, y violando si no la letra, el espíritu de la ley.

Me imagino perfectamente la tormenta de ideas y maquinación para anticiparse al reclamo y a una posible cancelación de candidaturas por parte de la autoridad electoral.

¿Cómo le hacemos, a título de qué estarían los precandidatos recorriendo todo el país para promocionarse ellos y al partido de cara a las próximas elecciones?, se han de haber preguntado.

Pues fácil: nombrémoslos "coordinadores de los comités de defensa de la Cuarta Transformación". Un nuevo cargo interno del partido que nadie puede objetar, y con el que podrán presentarse en cualquier parte para hablar a favor de la 4T y presentarse como garantes de su continuidad. Y si después alguno de ellos "casualmente" resulta ser el candidato oficial a la Presidencia, pues ya habrá hecho seis meses de una prohibida precampaña, pagada además con recursos públicos provenientes de su partido, o con apoyos en especie inauditables provenientes de gobiernos afines o de quién sabe quién. A estas obvias y prohibidas precampañas, mañosamente (que no genialmente) las llamaron "recorridos informativos".

Su inteligencia delictiva, su talento para hacer mañas, no producen beneficio alguno, sirven sólo para obtener poder político y económico, de manera ilegal.

¿Dónde está la autoridad electoral para desde ya calificar estos "recorridos informativos" de los "coordinadores de los comités de defensa de la 4T" como actos anticipados de campaña prohibidos? ¿Dónde está la advertencia de que las candidaturas de las vergonzosamente llamadas "corcholatas" pueden ser canceladas por esta simulación, por este burdo disfraz con el que han dado inicio a sus campañas? A todas luces se están burlando de todos.

La política no debe ser un mundo de vivales (que no es lo mismo que genios) o de cómplices. Por ello es que los verdaderos genios, el talento sano y bien intencionado, normalmente se rehúsa a entrar en puestos políticos en los que, como el propio Presidente ha dicho, importa más la lealtad que la capacidad. La única capacidad que se reconoce, busca y hasta premia es la capacidad que alguien tenga para hacer "chingaderas" y salirse con la suya.

Definitivamente, el Presidente y los dirigentes de Morena no son "genios", ni de la política ni de nada, son simples canallas. Lo que hacen no son "genialidades", son argucias, artimañas, ardides, simulaciones, maquinaciones fraudulentas para conseguir sus fines.

"No es nada personal, sólo son negocios", repetían los Corleone en la novela El Padrino.

Aquí los obradoristas de la novela de la 4T repiten "no es nada ilegal, sólo es justicia", así que no nos vengan con el cuento de que "la ley es la ley", que la justicia (la suya obviamente) está por encima.

Se puede tener talento para muchas cosas, para delinquir y hasta para la estupidez.

Pero el talento mal usado no puede, no debe, calificarse como genialidad. Hacerlo demerita a los verdaderos genios gracias a los cuales la sociedad avanza y mejora.

"En las monarquías el poder
se hereda al mayor de los hijos.
En las dictaduras el poder se hereda
al mayor de los cómplices".