Dependientes o autónomos

Dependientes o autónomos

El presidente López Obrador anunció que en el paquete de reformas que enviará al Congreso propondrá la desaparición de todos los organismos autónomos, que según él fomentan la corrupción.

Me he dado cuenta de que cuando se habla de "organismos autónomos", muchas personas no saben realmente de qué se trata, la importancia que éstos tienen y las consecuencias de su desaparición.

Para los que no sepan o no comprendan a cabalidad las funciones e importancia que los organismos autónomos tienen, y ser conscientes de la gravedad de la propuesta del Presidente, a continuación describo de manera general la razón de su existencia.

Sin entrar a largas explicaciones jurídicas de los principios que sustentan la democracia, la explicación más clara que encontré es la siguiente: "Los Poderes deben vigilarse y contenerse recíprocamente".

Y como esta vigilancia no debe atribuirse a alguno de ellos excluyendo a los otros dos, se necesitan organismos independientes, neutros y autónomos que lo hagan.

Sin embargo, lo que el Presidente propone es que el vigilante de todos sea el Poder Ejecutivo, y él mismo "autovigilarse". Y lo propone así por una obvia razón: tener el poder total para hacer y deshacer a sus anchas, sin contrapesos, sin rendición de cuentas, o rindiéndolas con datos que él mismo discrecionalmente proporcione u oculte.

Y sustenta su propuesta en una absurda y equivocada suposición: que el Poder Ejecutivo que controla es infalible e incorruptible, y los otros dos poderes junto con los organismos autónomos que no controla (todavía), son sujetos corruptos y enemigos del régimen, que se equivocan cada vez que le marcan un alto, le demuestran con la ley en la mano la inviabilidad de sus propuestas, o con datos duros le hacen ver a la opinión pública errores, ilegalidades y desfalcos.

Para darse cuenta de la enorme importancia de esta propuesta de AMLO, y que debe impedirse a toda costa, basta ver la lista de organismos autónomos, sus funciones y campos de acción que dan cuenta y regulan de manera independiente todo lo que el gobierno hace y los resultados que obtiene, funciones cuya credibilidad se vendría abajo en caso de que las propuestas del Presidente para desaparecerlos contaran con las mayorías necesarias en el Congreso.

Ésta es la lista, y al leerla imaginen lo que ocurriría si las funciones de estos organismos autónomos fuesen absorbidas, ejecutadas y dependientes del Poder Ejecutivo, es decir, del Presidente:
 
Banco de México (Banxico), Instituto Nacional Electoral (INE), Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), Comisión Federal de Competencia Económica (Cofece), Instituto Federal de Telecomunicaciones (IFT), Instituto Nacional de Transparencia, Acceso a la Información y Protección de Datos Personales (INAI), Fiscalía General de la República (FGR), Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval) y Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH), único organismo que el Presidente dice que conservaría, pero no porque le gusten sus funciones, o sea un Presidente que acata la ley sin distingos, sino porque ya la controla.

Si el Poder Ejecutivo desaparece, absorbe o controla las funciones de estos organismos, no sólo dejarían de ser autónomos sino que terminarían siendo guiados por intereses partidistas o coyunturales.

Quienes formularon la teoría de la división de poderes (John Locke y Montesquieu) partieron de una premisa democrática fundamental: las decisiones no deben concentrarse, por lo que los órganos del poder deben controlarse a través de un sistema de contrapesos y equilibrios.

Montesquieu planteó con toda razón que cuando el Poder Ejecutivo y el Legislativo recaen en la misma persona, puede llegar a pervertirse "elaborando leyes tiránicas y ejecutándolas tiránicamente". Y esto es exactamente lo que el presidente López Obrador intenta una y otra vez hacer: elaborar leyes a modo (controlando al Poder Legislativo), controlar al Poder Judicial para que nadie las impugne (poniendo jueces a modo) y desaparecer o controlar los organismos autónomos para que nadie lo llame a cuentas.

Por lo anterior, en las elecciones del 2 de junio próximo, inclusive si alguien quisiera votar por la candidata de la 4T a la Presidencia, por su propio bien y el de todos, es fundamental votar por diputados y senadores que no pertenezcan a Morena.

"Es mejor confiar a tuertas que a ciegas".

Yo