Las 10 reglas
Decálogo vacacional.
Uno de los objetivos o efectos de "tomar vacaciones" es que podemos dedicar tiempo a hacer, leer, observar o pensar cosas diferentes, excepción hecha, por supuesto, de la siempre buena y válida opción de hacer nada.
Así que, cuando en temporada vacacional, la primera pregunta del día sea ¿qué vamos a hacer hoy?, pueden citarme y responder... nada.
Hacer nada en las vacaciones es una buenísima opción, que además de ser barata y segura, no requiere esfuerzo alguno para implementarla, ni reservaciones, ni transporte, ni ningún tipo de logística. Es una forma de descanso "all inclusive" en la que todo está resuelto de antemano.
En las vacaciones no tenemos por qué andar del "tingo al tango" todo el tiempo. No es necesario andar inventando actividades y recorridos turísticos. Hacer nada no es perder el tiempo, es aprovecharlo para estar en paz, para ver, hablar y pensar ligero, o no pensar. Es el tiempo de hacer lo que venga en gana, y si la gana es de hacer nada, pues... ¡venga!
Antes de enfilarse a algún destino turístico, antes de abordar un automóvil, un avión o un barco, lo que todo grupo vacacional debería hacer es establecer y aceptar ciertas reglas de convivencia, es decir, los términos y condiciones de la temporada de descanso que se disponen a emprender.
Para ello, y en especial para este "jueves santo" de esta "poco santa" semana, me di la tarea de redactar una especie de decálogo vacacional con ciertas reglas o acuerdos básicos que, de adoptarse y respetarse, evitarían muchas discusiones y sinsabores. Esperando les sea de utilidad -y si no, les sirva de pieza de conversación o los inspire a redactar sus propias reglas-, éstas son las que yo propongo (aplicables solo en temporada vacacional):
1. Hacer nada, debe estar siempre entre las opciones de actividades turístico-mentales a considerar.
2. Nada de lo que cada uno haga o deje de hacer, diga o calle podrá usarse en su contra. Lo que pasa en las vacaciones se queda en las vacaciones.
3. Las respuestas escuetas, sí y no, son respuestas válidas para cualquier pregunta, no requieren de ampliación, adornos del lenguaje o explicaciones, y no significan agresividad, enojo o molestia de quien así responda.
4. El régimen de las vacaciones no es dictatorial, es democrático-vacacional, lo que significa que las minorías no están obligadas a hacer lo que las mayorías quieren.
5. Las minorías inconformes o aburridas buscarán por sus propios medios la actividad que mejor les parezca, atendiendo siempre a lo establecido en este decálogo y en especial a lo señalado en la regla número 9.
6. La separación o aislamiento temporal del grupo es válida y no será motivo de represalias o resentimientos.
7. Se puede oír sin escuchar y escuchar sin oír; se puede pensar sin hablar o hablar sin pensar.
8. La vida en vacaciones no es literal, se lleva en sentido figurado.
9. No se permitirá actividad o desacato que, a juicio de las dos personas de mayor edad del grupo (la autoridad máxima), impliquen riesgos o costos inaceptables.
10. Se pueden adicionar reglas, siempre y cuando éstas no contravengan o nulifiquen alguna de las anteriores.
Como para mí hoy, la regla número uno es la más importante, aquí le paro.
Me iré a hacer nada, a pensar nada, o al menos nada que signifique esfuerzo o desasosiego.
Ya la semana próxima veré cómo encarrilar el descarrilado mundo.
"Hay cansancios placenteros
y agobiantes. Los primeros
derivan de avances y logros,
los segundos de conflictos".
Yo