¿Instinto certero?
La reforma del Poder Judicial pretende, entre muchas otras cosas no menos preocupantes, que los jueces y magistrados sean electos mediante voto popular. Al respecto, el presidente López Obrador dijo que "el pueblo tiene un instinto certero y sabrá elegir".
Si usted es de los que cree que los ciudadanos en general estamos capacitados para elegir jueces y magistrados, debe ver un ilustrativo TikTok en el que se ve a un entrevistador en la calle haciendo a transeúntes preguntas básicas acerca del gobierno y sus instituciones.
Los entrevistados que aparentan tener cierta escolaridad no tienen la menor idea de lo que se les pregunta.
Una joven a la que le preguntaron ¿cuáles son los tres Poderes de la Unión?, respondió: "Ay, no ¿qué es eso?...". En un intento por ayudarle a pensar la respuesta, el entrevistador le pregunta: ¿a qué te suena eso de Poderes de la Unión? "Mmm..., a lo que nos une como sociedad...". Y si son tres (los Poderes) ¿qué es lo que nos une como sociedad? "Mmm... respetarnos, ser unidos, ser empáticos". El entrevistador irónicamente concluye: los tres Poderes de la Unión son el respeto, la unión y la empatía.
Luego le pregunta a otros: ¿que significa CFE?... "Pos la luz y eso...". ¿Qué significa Inegi?... "Instituto Nacional de... algo". ¿Qué significa IMSS?... "Instituto Mexicano Médico...".
Personas como estas y muchas otras, inclusive con menores grados de escolaridad, conocimientos e interés en las cuestiones públicas, son las que con "instinto certero" elegirán en las urnas a los jueces y magistrados que decidirán asuntos trascendentales para la vida nacional, para la vida y futuro propio, y de pasada para la vida y el futuro de todos.
No nos hagamos tontos. El plan es otro. El plan es que abusando del desconocimiento de las carreras judiciales y de las capacidades de los candidatos a jueces, la mayoría de los votantes eligirá a los candidatos que más les "suenen", es decir, los que hayan contado con más recursos publicitarios, con más sobres amarillos provenientes de inconfesables contubernios de "quién sabe dónde" o con más apoyo oficial, el cual obviamente se dirigirá a los candidatos afines a los intereses del gobierno de la 4T.
Y si acaso se les cuela entre los candidatos a juez alguno imparcial, sus posibilidades de triunfo serán mínimas.
En otras palabras, la elección de jueces y magistrados será otra elección de Estado, tal y como fue la pasada elección presidencial, que contó con la indebida y permanente injerencia del presidente de la República y sus candidatos con recursos ilimitados.
Votar es el acto mediante el cual los ciudadanos expresamos apoyo o preferencia por cierta propuesta, moción o candidato durante una contienda de votación. Es el corazón de un sistema democrático. Sin embargo, es diferente en sistemas autoritarios, como el que apunta será la próxima administración, debido a que Morena y sus aliados muy probablemente contarán con la mayoría calificada (66% de los votos legislativos) para modificar la Constitución, a pesar de que los votos que obtuvieron representan solo el 54% de los votantes y solo el 32% del padrón electoral. Lo anterior debido a la llamada y controvertida "sobrerrepresentación" de los partidos que se basa en el abuso de reglas mal redactadas contrarias al espíritu de la representación proporcional.
En un sistema autoritario como al que México se enfila, el voto se utiliza para legitimar decisiones tomadas. Estas votaciones, más que de carácter democrático son de carácter plebiscitario, y se desarrollan sin garantías de limpieza democrática, en medio de violaciones sistemáticas a las reglas inherentes a la democracia, y obstruyendo a cualquier competencia u oposición.
El voto popular es para elegir entre opciones, pero los candidatos a jueces no pueden ofrecer a los ciudadanos nada distinto entre sí, pues la ley es la misma para todos y su función es simplemente aplicarla de manera imparcial y expedita.
Lo único que puede diferenciar a un candidato a juez de otro son sus conocimientos y experiencia, asuntos que "el pueblo", los ciudadanos, no estamos capacitados para evaluar y decidir.
Someter la elección de jueces al voto popular es como poner a los usuarios del transporte aéreo a elegir los pilotos que las aerolíneas deben contratar. Simplemente absurdo.
"Mayoría no es sinónimo
de sabiduría".
Yo