Miedos del domingo

Para mí no hay día y hora más deprimente que un domingo a las 7 de la noche. Algo tiene ese día y hora de la semana que produce sentimientos de tristeza, soledad o angustia, y más estando en alguna parte del mundo lejos de casa.

El ocaso de un nublado domingo de invierno pareciera ser el tiempo perfecto para el suicidio. Lo digo no porque esté pensando en ello (tengo muchas cosas que hacer todavía), sino porque he notado la melancolía que surge al caminar por las calles vacías de una ciudad extraña, las noches de domingo, cuando el único movimiento que se observa es la luz parpadeante de televisores encendidos que en silencio iluminan las paredes de las habitaciones en el interior de viejos edificios.

Como no creo ser el único con este depresivo sentimiento dominical, me di a la tarea de investigar al respecto y encontré que entre los factores de riesgo conocidos en el suicidio están, por un lado, estos sentimientos de soledad y falta de sentido de pertenencia, y por otro, los acontecimientos adversos y la falta de ayuda.

Siri Myhrom en un artículo publicado en la plataforma denominada Mindful (mindful.org) explica lo que llama "Miedos del Domingo" como una especie de "ansiedad anticipatoria", normalmente relacionada con los problemas de la semana que al día siguiente comienza. Una investigación hecha en 2018 por la red LinkedIn arrojó como resultado que el domingo es el día que el 80% de las personas se preocupan por el trabajo, lo cual se traduce en desasosiego, tensión e incremento de la frecuencia cardiaca.

Ahora bien, ¿qué hacer para alejar depresiones dominicales o ideas suicidas extremas?

Finlandia, un país que figuraba con las tasas de suicidio más altas del mundo, logró reducirlas a la mitad con diferentes estrategias. Por extraño que parezca, lo que más ayudó a esa reducción fue el haber hecho una investigación de alcance nacional. La propia recopilación de datos entre su población generó conciencia sobre los riesgos del suicidio. En otras palabras, hablar del tema crea una disposición para atender problemas relacionados con la salud mental y con los estados de ánimo.

De ninguna manera pretendo dar recetas antidepresivas, lo que creo, y por eso escribo al respecto, es que tal y como ocurrió con los finlandeses, el solo hablar acerca de estos sentimientos ayuda. El mencionado artículo recomendaba ciertas prácticas para lidiar con las depresiones dominicales o las de cualquier otro día y hora.

Una de ellas es interrumpir el ciclo de "pensar de más" (overthinking) y que normalmente tiene que ver con fechas fatales para el cumplimiento de compromisos laborales o financieros, con errores cometidos o con los propios azares de la vida. En lugar de ver estos eventos como riesgos o amenazas fuera de control, pueden usarse para construir un sentido de elección (tener opciones), de empoderamiento y capacidad para solucionar cualquier cosa.

Otra tiene que ver con la "aceptación", lo que significa aceptar la realidad sin resistencia. Esto no quiere decir resignarse o dejar las cosas como están, significa simplemente no pelearnos con la realidad y causar sufrimiento adicional. Algo parecido al dicho popular que dice: si tiene solución ¿de qué te preocupas?; y si no tiene solución ¿de qué te preocupas?

Otra de las recomendaciones mencionadas por Myhrom es la de priorizar el bienestar personal y la salud por encima de los problemas.

En la cultura de trabajo occidental (la nuestra) hay cosas que equivocadamente se han normalizado, como largas horas de trabajo, el estar "conectado" todo el tiempo a los problemas respondiendo mensajes y correos a cualquier hora incluyendo los fines de semana, destruyendo el sano equilibrio que debe haber entre el trabajo y la vida personal.

Si bien el atardecer de un domingo cualquiera puede ser depresivo, lo importante es saber que es posible convertir los miedos y las angustias en decisiones para resolver los problemas de alguna manera, y si esto no fuese posible, aceptar la realidad y planear formas de recuperar lo que sea que se haya perdido, entendiendo que de nada sirve preocuparnos los domingos, o tratar de evadir los problemas desapareciendo mentalmente por medio de las drogas o el alcohol, o desapareciendo físicamente, huyendo o por medio del suicidio, sobre todo porque buena parte de lo que nos preocupa jamás ocurre.
 
"La vida es resolver problemas;
la calidad de vida depende de la calidad
de las soluciones".

Yo