Sexo y religión
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Es difícil resumir en un espacio como éste todo lo que habría que decir de los argumentos torcidos que motivaron la calculadamente llamada "marcha por la familia", que en realidad fue una manifestación en contra de los matrimonios gays y la educación sexual en las escuelas. Cambiarle el nombre no le quita su carácter discriminatorio ni esconde el inconstitucional rechazo a la educación laica. Comienzo diciendo que siempre he creído que las principales religiones del mundo, y muy en particular la católica, están obsesionadas y tienen un serio problema con el sexo, sea heterosexual u homosexual, dentro o fuera del matrimonio, protegido o desprotegido, con el fin de procrear o por mero placer, y lo manifiestan con una impresionante cantidad de preceptos y disposiciones que regulan desde la forma de vestir, de cortarse el pelo, de tener relaciones sexuales y de prevenir embarazos, hasta con absurdos como el de rapar la cabeza a las mujeres, antinaturales votos de castidad, o salvajes prácticas como la de la ablación (extirpación del clítoris).

Cabe hacer notar que la mayoría de estas disposiciones son dirigidas a las mujeres, quienes debieran organizar su propia marcha reclamando su inferioridad religiosa, la discriminación de que son objeto y el machismo que les exige sumisión y las denigra clasificándolas siempre en cualquiera de tres tipos de mujeres: vírgenes, madres abnegadas o putas.

Cada religión ha desarrollado códigos morales relativos a la sexualidad, tendientes a controlar e influenciar el deseo y la actividad sexual de las personas, convirtiendo a sus más fieles seguidores en moralizadores de la sociedad que vigilan y se "preocupan" por lo que otras personas hacen (y hasta piensan) en privado.

Y la homosexualidad es uno de sus más grandes problemas.

Creen que el mundo entero se vendrá abajo si el Estado reconoce (como ya lo hizo) mismos derechos y mismas obligaciones a un homosexual que a un heterosexual; si los libros de texto incluyen información sexual y advierten los riesgos de prácticas sexuales desprotegidas, o si tratan la homosexualidad como una condición humana y no como una enfermedad o depravación.

Sodoma y Gomorra, fuego y azufre y la caída del imperio Romano, son las imágenes apocalípticas que les vienen a la mente con estos temas, como si se tratara de una profecía fatídica cuyo conjuro es la abstinencia.

Sólo la fe religiosa es capaz de motivar estas locuras en personas supuestamente inteligentes, educadas y cultas a las que desde niños les han enseñado que no pensar y no cuestionar es una virtud.

Esta paranoia sexual-religiosa no sólo atenta contra la salud mental de la población, sino contra la laicidad del Estado y los derechos de todas las personas, incluyendo por supuesto en la categoría de personas a los homosexuales.

El mismo día de la marcha en comento, llegó a mis manos un texto del cual reproduzco unos extractos que me parecen reflejan el sentir de muchos:

"Tengo muchos amigos gays, primos, tíos, sobrinos, compañeros de trabajo (...) Son inteligentes, preparados, buenos, honestos, trabajadores, simpáticos, dejaría a mis hijos a su cuidado. (...) No puedo dejar pasar este día sin comentar la tristeza y el coraje que me da una marcha tan discriminadora, tan absurda (quitar un derecho), tan anticuada (...) Una marcha ignorante -uno podría derribar con lógica y algo de conocimiento cualquiera de sus posturas-. (...)El asunto del matrimonio debe de ser personal, que se case quien quiera hacerlo. (...) el asunto de la familia se trata de sacar adelante a los niños (...) y para que esto se dé, se necesita amor y protección. Y eso lo puede hacer cualquier persona, independientemente de su sexo, orientación, color, trabajo, religión. (...) Cuando uno o más adultos deciden ayudar y acompañar a un niño que no tiene a nadie me parece un gran acto de amor. Es impresionante que haya una marcha para impedirlo. (...) En este día me da pena ser de Guadalajara..."

¿Dónde quedó aquella noción religiosa de que "todos somos iguales ante los ojos de Dios"? Lo pregunto porque pareciera que para muchos hombres y mujeres de fe, los homosexuales no son tan iguales, y a sus derechos les llaman falsos derechos, como si se tratara de falsas personas.

Alguien se opone a este caso de adopción?:

https://youtu.be/tyqApok2gaU