Si ves algo, di algo
En una de la tantas pláticas que tuve con los padres de la famosa niña pianista Daniela Liebman, considerada una niña prodigio, hablábamos de la manera como combinaba sus estudios de piano con la escuela, el esparcimiento y los juegos propios de su edad.Algo que llamó mi atención de esa plática fue una regla que Daniela debía respetar: para ella estaban prohibidos los juguetes que tuvieran partes móviles y cualquier juego o actividad que pudiera de alguna manera atrapar, lastimar o machucar los dedos de las manos.
La razón era obvia: su carrera de pianista podría arruinarse con un inocente juego o un tonto accidente.
Este preámbulo viene al caso porque la semana pasada asistí a un evento social, pomposamente llamado "Opening Night", en el que el afamado bailarín Isaac Hernández presentó al elenco que conforma la tercera edición de la gala "Despertares", evento en el que en mi opinión se corrieron algunos riesgos innecesarios.
Para empezar recordemos que Isaac Hernández es el primer bailarín del English National Ballet, y es considerado como la máxima promesa de ballet en todo el orbe.
Sin embargo la organización de esta presentación estuvo en muchos sentidos lejos del nivel que este artista tiene y representa. Y no me refiero sólo al desorden y bullicio con el que se realizó la parte formal del evento, ni a que la mala acústica del lugar haya impedido escuchar lo que ahí se dijo, sino a que uno de los bailarines más famosos del mundo haya tenido que entrar a un lugar en el que él era el centro de atención, abriéndose paso entre una aglomeración de personas enfiestadas, para luego subirse a una tarima, tal y como lo hizo un mariachi que más tarde llegó a des-amenizar una noche que enaltecía el ballet.
Cuando vi la manera como la promesa mundial del ballet entró al lugar, y cómo los invitados comenzaron a subirse a la tarima para saludarlo y tomarse fotos con él, recordé la prohibición de los juguetes con piezas móviles de Daniela Liebman, y pensé en el riesgo que sus pies corrían en ese momento.
Un pequeño empujón o un involuntario pisotón en medio del tumulto ávido por conseguir una foto podrían lastimarlo seriamente. ¿Dónde está su mánager?, me pregunté. ¿Quién lo cuida, quién organiza sus presentaciones? La "duración" de un bailarín (y de cualquier profesional que requiera cierta condición física) depende del cuidado que tenga con su cuerpo.
Quien sea que esté a cargo de su carrera debe saber que así como seguramente le dan importancia a las rutinas de "mantenimiento" y ejercicio diario para que su cuerpo esté en las mejores condiciones, igual importancia deben darle a la prevención de accidentes.
Se dice que un bailarín que se cuida y tiene la "fortuna" de no sufrir lesiones graves, baila hasta los 40 o 43 años. Pero los que creen en la "fortuna" no saben que ésta siempre necesita ayuda, y por una sola razón: las estadísticas muestran que la mayoría de las veces, los accidentes pudieron ser fácilmente prevenidos por las "desafortunadas" víctimas.
Escribo de esto porque he decidido aplicar el eslogan que en materia de seguridad se utiliza ahora en Estados Unidos y que dice: "If you see something, say something" (Si ves algo, di algo).
Esa noche yo vi que la mala organización de un evento social irrelevante puso en riesgo la integridad física de un bailarín de clase mundial, y como vi, digo (o sugiero) que quienes tienen bajo su tutela la carrera de este prodigio, deberían preocuparse y ocuparse en la prevención de riesgos innecesarios.
Y lo digo también para que todos hagamos conciencia de los riesgos que sin pensar corremos todos los días y para que antepongamos siempre la prevención a la diversión, porque ejemplos de accidentes tontos con consecuencias graves y hasta fatales hay muchos.
"Si ves algo, di algo" es un concepto aplicable no sólo a asuntos de seguridad nacional, sino a todos los aspectos de la vida.
Decir algo cuando vemos algo no nos hace "chismosos" o "aguafiestas", como la irresponsabilidad y el valemadrismo sugiere, nos hace ciudadanos responsables que creen en la ley y el orden; nos hace personas precavidas que aplican la enseñanza del sabio dicho que dice "más vale prevenir que lamentar" y entienden que "tapar el pozo luego del niño ahogado" sólo sirve para que otros más no se ahoguen.
"La reglas nacen de los accidentes". Yo