Teatro Monreal
Se ha abierto un nuevo teatro ubicado en la delegación Cuauhtémoc de la Ciudad de México. ¿Su nombre? Teatro Monreal, en honor al político y actor mexicano Ricardo Monreal quien en un ridículo intento para manipular la opinión pública denunció a la prensa, en lugar de a la PGR, el haber recibido por conducto de su secretaria una bolsa con un millón 579 mil pesos en efectivo. Monreal aseguró que la bolsa con billetes era un soborno que un hombre le entregó a través de su secretaria, y que depositaría ese dinero para que se integraran a los recursos de la delegación Cuauhtémoc bajo el rubro de “dinero no identificado”.
¿Porqué llamó a la prensa en lugar de a la PGR? Si hubiera hecho lo correcto las autoridades hubieran iniciado una investigación y confiscado el dinero. Y dejar ir el dinero, jamás. Sería una estupidez, un sacrilegio político.
Es obvio que el objetivo de la infantil obra de teatro montada por Monreal era llamar la atención y presentarse ante la opinión pública primero como “paladín” y luego como “víctima” de la honestidad.
Luego de que el PRD lo acusara de haber integrado indebidamente a la tesorería ese dinero, con una sonrisa propia de alguien que sabe que está fingiendo, el nuevo jefe delegacional anunció que se entregaría a la procuraduría para que lo metieran a la cárcel por haber regresado ese dinero: “namás que desayune y despedirme de mi familia, pero voy a llevar mi mochilita para que sepan que no tengo temor, que si por destapar la cloaca de la corrupción tengo que pagar cárcel, mañana voy a ponerme a disposición con la propia procuradora, para que no batallen”.
Es increíble el cinismo y la cara dura de éstos políticos teatreros. “No se si saldré de esta” dijo Monreal al llegar a entregarse a la procuraduría.
Y como no estaba seguro si saldría de ahí, para hacer su vida en prisión mas llevadera, llevó consigo un par de libros con temas cuidadosamente elegidos para hacerse ver como un estadista culto y honesto preocupado por el futuro y bienestar de la nación mexicana: La sexta extinción, y México 2042, una visión de futuro.
El actor Monreal, se dijo “hombre de fe”, que no sentía temor y que está acostumbrado a la adversidad, considerando que esos momentos podrían ser los últimos que pasaría en libertad. Al final su objetivo se frustró debido a que la PGR no lo detuvo.
Monreal, al igual que López Obrador, saben bien que habitualmente una mayoría se convence más con sentimientos que con razones. Practican lo que se conoce como demonización o satanización, una manera de manipular la opinión pública de forma que la propia opinión quede ennoblecida o glorificada. Hablar del vecino o de los que nos antecedieron como de un demonio nos convierte a nosotros en ángeles, y las “guerras santas” siempre serán menos injustas que las guerras a secas.
Monreal insulta la inteligencia de todos al querer emular de manera artificial y cínica, las vidas de personajes como Gandhi o Mandela. Al primero lo encarcelaron seis años por protestar en defensa de los derechos civiles de los hindúes, prometiendo liberarlo si paraba las protestas; el segundo pasó 27 años preso, de los cuales 17 años fueron en la cárcel de la Isla de Robben, que fuera asilo de leprosos y manicomio, haciendo trabajos forzados en una cantera de cal, todo por oponerse al Apartheid, el sistema de segregación racial en Sudáfrica, para luego de obtener su libertad, convertirse en candidato natural para alcanzar la Presidencia de Sudáfrica.
Las comparaciones son ridículas y grotescas. Mientras Mandela pasó buena parte de su vida en la cárcel por luchar en contra de la discriminación, Monreal quiere que lo metan a la cárcel, pero un ratito nada más, por depositar un dinero en su propia delegación. Y mientras Gandhi recurría al ayuno como arma de protesta y resistencia civil pacífica, Monreal, luego de los momentos “dramáticos” vividos al haber puesto “en peligro” su libertad, en lugar de hacer el voto del chandranaya (ayuno de penitencia) se fue a festejar su preciada libertad con una abundante y suculenta comida yucateca.
Lo único en común que Monreal tiene con Mandela, es la M de su apellido, y con Gandhi, la G de gandalla.
“En el teatro, el peor papel es… el de baño”. Yo.