Accidente revelador

 

Me encontré una nota de periódico que hace un mes había recortado para en algún momento escribir acerca de lo que un ridículo accidente automovilístico revelaba, y que ocurrió en una avenida de Guadalajara, cuando se inauguró el llamado "Paseo de la Fauna Mexicana", en el que se instalaron 39 esculturas a escala real, de animales prehistóricos.

La nota narraba cómo el chofer de una camioneta al distraerse viendo uno de los dinosaurios atropelló a un motociclista, y las circunstancias que llevaron al chofer y a la víctima a "arreglarse" entre sí y evitar que se levantaran cargos. Esas circunstancias fueron las siguientes:

1. El chofer de la camioneta no contaba con licencia de manejo.

2. La camioneta que manejaba tenía el seguro vencido.

3. La víctima atropellada carecía de Seguro Social.

Lo anterior reveló de golpe todo un mundo de precariedades cotidianas en México, que incluyen un severo desdén a las leyes, y situaciones derivadas de la pobreza y la economía informal.

Esto es lo que vi detrás en este insignificante accidente:

a) Un conductor se anima a manejar sin licencia, porque las consecuencias de hacerlo son nulas o irrelevantes, lo cual habla al mismo tiempo de corrupción y de irresponsabilidad ciudadana y gubernamental.

b) Un conductor se anima a manejar un vehículo sin seguro porque tiene varias opciones para evadir responsabilidades en caso de verse involucrado en un accidente:  la primera y que más probabilidades de impunidad ofrece en México es la de huir. La segunda es "arreglarse" por un lado con la víctima (si ésta sigue viva) tal como ocurrió en este caso, y por otro, "arreglarse" con la autoridad, si es que llega a estar presente.

Es de llamar la atención que a las autoridades no les interese si un conductor tiene seguro o no, o si éste protege a terceros o sólo al vehículo, que es lo único que les importa a los conductores y a las agencias de autos o bancos que otorgan créditos para la compra de automóviles, porque en México la mayoría de las personas que adquieren un seguro lo hacen sólo para proteger el valor económico de los bienes materiales y no para proteger la vida, salud o patrimonio de terceros. (Atrévase alguien en Estados Unidos a manejar sin seguro de daños a terceros y verá como pone en riesgo todo su patrimonio).

Otra revelación del accidente fue que la víctima no contaba con Seguro Social, por lo que la única manera que podía ser atendido de sus heridas, era llamando a la Cruz Roja, lo cual supone la involucración de las autoridades con las implicaciones correspondientes, o pagando en un hospital privado. Dadas las circunstancias y la vulnerabilidad legal del chofer sin licencia ni seguro, la mejor opción era obviamente "arreglarse" entre ellos.

De esa manera el atropellado recibiría atención médica en un hospital privado y el pago de los daños causados a su motocicleta, y el chofer se libraría de multas y sanciones.

El que la víctima no haya tenido Seguro Social, (y no se trataba de un empresario autoempleado) habla de otros dos asuntos: de la economía informal en la que buena parte de los mexicanos vive y de la evasión de impuestos y obligaciones de miles de negocios y changarros del País, que pagan a sus empleados en efectivo, o que no cumplen cabalmente con sus obligaciones fiscales y patronales, poniendo en riesgo no sólo a ellos mismos como patrones, sino a sus empleados y a sus familias que no cuentan con la seguridad social necesaria en caso de enfermedades o accidentes.

Es una cadena de irregularidades que nos hacen vulnerables a todos y nos ponen en situaciones de riesgo impredecibles.

El que maneja sin licencia y sin seguro, no puede responder por daños ocasionados; el que no tiene Seguro Social, se ve obligado a negociar al margen de la ley con quien le ocasiona un daño físico o material; las autoridades no se enteran de nada, y si acaso lo hacen, quedan involucradas en arreglos particulares que fomentan la irresponsabilidad, la corrupción y la impunidad.

Este simple accidente reveló la fragilidad del País, la inoperancia de las leyes, y el nivel de riesgo personal y patrimonial que los mexicanos corremos a diario con tan solo salir a la calle.

"El riesgo aparece cuando no sabemos lo que hacemos".  Warren Buffett