Harakiri mexicano

 

Todos estamos hartos de la corrupción, y su combate es parte fundamental del discurso de todos los partidos políticos y candidatos que aspiran a gobernarnos.

Debido a que el PRI ha sido el partido que durante más años ha gobernado México y que el Presidente actual de ahí emana, pareciera que la corrupción es una práctica exclusiva de ese partido, y que cualquier otro sería mejor o al menos algo más honesto, como si se pudiera ser honesto a medias.

El hartazgo de la sociedad se encuentra en niveles máximos, y en asuntos de corrupción, ningún partido político que haya gobernando el País, o algún Estado o Municipio se salva. Y aquí es donde nuevos partidos como Morena encuentran su oportunidad, pues al no tener historial previo de corrupción, se presentan a sí mismos como una esperanza de cambio verdadera, con un discurso en el que todos, menos ellos, son culpables de la situación, y que captura tanto a personas que viven en situaciones apremiantes como a personas crédulas y de buena fe que están hartas de la corrupción, de la inseguridad y la impunidad.

Pero los partidos políticos no son las declaraciones de principios y estatutos fundacionales archivados en algún cajón del INE, sino las personas que los integran y dirigen.

Así que lo que debemos aquilatar no son los ideales y discursos populistas de Morena o de cualquier otro partido -que si de discursos se trata, todos son un dechado de virtudes-, lo que debemos evaluar es la trayectoria y antecedentes de sus candidatos y de quienes los rodean, y que en el caso de Morena se trata del ex priista y ex perredista López Obrador, y sus colaboradores más cercanos y las recientes adhesiones y nominaciones que ha hecho incluyen delincuentes de todo tipo, desde ex líderes sindicales y ex funcionarios públicos corruptos hasta secuestradores, que lo único que buscan obtener a cambio de acarrear votos es un refugio para la obtención de fueros que indebidamente garantizarían su impunidad, o para recibir la protección política, directa y personal del "futuro" Presidente de la República.

AMLO está haciendo lo que sea para ganar votos, sin importar de dónde vengan. Para él, el fin justifica los medios, lo cual incluye el perdón a delincuentes y criminales.

Es tal el tamaño de la delincuencia y corrupción en México, que ahora y por increíble que parezca, AMLO ve al sector criminal del País como un importante generador de votos a su favor.

Podríamos decir que si llegara a ganar la Presidencia, las castas y huestes más corruptas de México tendrán un clima propicio para el desarrollo y la operación impune de negocios ilícitos y corruptelas.

Es inconcebible lo que está pasando. Es inconcebible la completa ausencia de escrúpulos por parte de este personaje, y más inconcebible aún, el que tenga seguidores de todos los niveles culturales y socioeconómicos, que no ven nada de esto, o si lo ven creen que es mejor que lo que hasta ahora hemos tenido. No se dan cuenta que podemos estar peor.

A los que creen en las promesas de honestidad y combate a la corrupción de AMLO y piensan votar por él; a los que estamos hartos del PRI, del PAN o del PRD, les pido que en las próximas elecciones no se dejen llevar por sus sentimientos antipriistas, antipanistas, o antiperredistas, que por más corruptos y falsos que han resultado ser todos estos partidos, no somos (todavía) Venezuela ni Cuba, y de alguna manera tenemos instituciones democráticas y separación de poderes que funcionan, aunque sea a medias (recuerden que AMLO elogia las dictaduras chavistas y castristas).

El voto de castigo al PRI, o al sistema político tradicional de los últimos tiempos, nos puede llevar a situaciones mucho peores que las actuales, y no obstante que la corrupción es algo que todos sin excepción queremos erradicar, combatirla eligiendo a un Presidente que promete honestidad rodeado de delincuentes es un camino autodestructivo equivalente a "darse un balazo en el pie" o hacerse un "harakiri a la mexicana".

Si votar por el PRI representado hoy por Meade, si votar por la coalición Por México al Frente encabezada por Anaya, nos molesta mucho, sólo recordemos que podemos estar peor y que para mejorar no es necesario darnos balazos en el pie y mucho menos suicidarnos.

"Cuando te es difícil decidir, escoge el mal menor".   Rajneesh