Españe



Un nuevo dialecto español asexuado. Hace unas semanas mencioné en este espacio que mientras no se desarrolle una forma de hablar y escribir que elimine las connotaciones machistas que el idioma español tiene, seguiré utilizando la regla establecida por la Real Academia Española (RAE), que permite el uso del masculino como genérico, tal como me lo enseñaron en la escuela, sin que eso signifique deseo alguno por perpetuar una cultura androcéntrica, que pone al hombre como medida y referencia de todas las cosas.

Harto ya de hablar de política (hay más vida que las mañaneras), decidí referirme a esas voces discriminatorias ancestrales incrustadas en el idioma español.

Para eliminar los estereotipos sexistas del lenguaje no basta con mencionar tanto el masculino como el femenino de un término, como últimamente se hace en los discursos oficiales "incluyentes", en los que se ha puesto de moda mencionar siempre a las y los mexicanos, a las y los ciudadanos, a los alumnos y alumnas, etcétera.

Además de que la igualdad supuesta en este fastidioso lenguaje "inclusivo" es más de cortesía verbal que de sincera equidad, únicamente aplica en los casos en los que el hablante se refiere a grupos de hombres y mujeres, mas no en el resto de las palabras que por sus desinencias (morfemas finales de las palabras que, entre otras cosas, indican el género) se vuelven masculinas o femeninas. "Pistola", por ejemplo, es una palabra femenina porque termina en "a".

En español hasta las cosas tienen sexo asignado (los vestidos son masculinos, y las camisas femeninas).

Si realmente queremos un idioma inclusivo y atento a la equidad de género habría que crear una especie de dialecto asexuado del español, con nuevas palabras, nuevos artículos, nuevas reglas gramaticales, y no solo aprender a hablarlo y escribirlo, sino a actuar en congruencia.

Palabras como "hombre", en su sentido universal, deberían sustituirse por palabras como "persona, ser, humano, gente". Los artículos masculinos y femeninos (el, la, los, las) habría que sustituirlos por artículos neutros como el "the" del inglés, que no le asigna sexo a las palabras que acompaña.

Habría también que eliminar o cambiar todas las terminaciones a las palabras (las desinencias antes mencionadas) que las hacen masculinas o femeninas y crear nuevas palabras asexuadas como las que hay en otros idiomas. Por ejemplo, "The flag", en inglés, es un término asexuado. "La bandera", en español, es femenina).

Para apreciar cómo sonaría un nuevo dialecto español asexuado, y que se me ocurre llamar "españe", hice un ejercicio con un párrafo de la obra Cien años de soledad, de Gabriel García Márquez, quitándole al texto original todas las connotaciones sexistas que el idioma incluye, utilizando "le" como artículo asexuado y eliminando las desinencias que le asignan un determinado sexo a las cosas y a las ideas.

El resultado es interesante y curiosamente con mucha similitud auditiva al francés y catalán.

El texto original dice:

"Macondo era entonces una aldea de 20 casas de barro y cañabrava construidas a la orilla de un río de aguas diáfanas que se precipitaban por un lecho de piedras pulidas, blancas y enormes como huevos prehistóricos. El mundo era tan reciente que muchas cosas carecían de nombre, y para mencionarlas había que señalarlas con el dedo".

El mismo texto traducido al dialecto "españe" se leería así:

Macondo era entonces un aldee de 20 cases de barr y cañebrav construids a le orille de un ríe de agües diáfanes que se precipitaban por un lech de piedres pulids, blancs y enorms como huevs prehistórics. Le mund era tan reciente que muches coss carecían de nombre y para mencionarles había que señalarles con le ded.

Finalizo en le humor y ritme de este nuev dialect españe, diciéndoles que les únics diferences reals entre mujeres y hombres son les biológics. Tods les demás diferenciaciones como dulzur, fortalez, independence, sumisión, etcétera, son característics histórics, socialmente atribuides a mujeres y hombres, que varían de un cultur a otre y por le tant son modificables.

Para eliminar por complet le machism de le cultur mexican, debems comenzar por cambiar le form en que hablams y tratams a les mujers.

"Les niñes también lloran".

Ricardo Elias