Oposición sin proposición
Nunca debe aceptarse una crítica si ésta no va acompañada de una propuesta.
Los mal llamados partidos políticos de "oposición" son muy buenos para criticar, pero han sido hasta ahora una oposición sin proposición. Si realmente quieren hacer algo en beneficio del país, todos los "opositores" deben cambiar su discurso y actitud para proponer más que oponer.
Para ello es necesario que den cabida a la creatividad, abriendo su círculo político para darse, y darnos a todos, la oportunidad de escuchar nuevas soluciones a viejos problemas.
La creatividad no es patrimonio exclusivo de los artistas. Es una forma diferente de ver, analizar y descifrar el mundo que sirve no solo para actividades relacionadas a los campos del arte o del diseño, sino para resolver todo tipo de problemas, sean económicos, técnicos, políticos o sociales.
Quienes nos dedicamos al diseño en cualquiera de sus modalidades hemos entrenado nuestra mente durante años para encontrar soluciones creativas a los problemas y retos que se nos presentan. Y da lo mismo si el objetivo es la venta de un producto, la construcción de un edificio o la construcción de una sociedad justa. El proceso mental, la metodología, la capacidad de observación y síntesis de las variables, limitaciones y oportunidades son los mismos.
Un artículo publicado hace tiempo en la revista Ágora Digital decía: "La creatividad es la pieza clave para resolver los problemas de la especie humana. La solución de los grandes problemas de la humanidad necesita no solamente de la intención de los que dominan los recursos, sino de grandes dosis de creatividad -romper infinidad de círculos viciosos- para equilibrar la efervescencia económica y social, suprimir las grandes bolsas de pobreza, repartir solidariamente los recursos, defender el planeta de las agresiones medioambientales, luchar por ampliar el espacio de los derechos humanos, ganar la batalla contra muchas enfermedades y conseguir la solución de otros muchos problemas que desafían la estabilidad de las relaciones y abocan a la especie humana a un futuro desesperanzador y lleno de negativos augurios".
Las capacidades y formación individual no son suficientes para solucionar todos los problemas comunes. Es necesario integrar conocimientos multidisciplinarios y escuchar las sugerencias de personas talentosas que no están en las cúpulas del poder.
En el caso de México, los problemas están identificados. El diagnóstico no es otro que los argumentos centrales que llevaron a la Presidencia a un personaje como López Obrador: reducir la pobreza y combatir todo lo que la produce o aumenta (corrupción, impunidad, falta de empleo y educación, salarios bajos y demás).
Lo que hace falta es creatividad para encontrar soluciones viables a esos problemas, y la capacidad para llevarlas a cabo. Y esto último es lo que debería hacer la mal llamada oposición: cambiar su postura, actitud y discurso político para convertirse en proposición.
Quedan sólo tres años para el 2024 y diseñar proposiciones viables y creíbles para los ciudadanos que en las urnas decidirán qué oferta política comprar.
Lo anterior no será posible si limitan el diseño de las propuestas al círculo político tradicional al que están acostumbrados, que tienen, ya sea, intereses particulares, son monodisciplinarios o carecen de la creatividad necesaria para pensar "fuera de la caja".
Para que los partidos de oposición se conviertan en partidos de proposición deben integrar talentos creativos de distintas disciplinas a las cúpulas que diseñan y elaboran los planes de gobierno con los que pretenden guiar la vida política y social del país.
Es imperativo quitar a los partidos políticos su obsolescencia, su anquilosamiento y curarles la ceguera de taller con una buena dosis de talento creativo, aunar éste a su experiencia política y de administración pública y elaborar planes viables para implementar la proposición y bajarla, del mundo de los sueños y las ideas, a la realidad.
En este caso, además de lo anterior, el talento creativo debe buscar y proponer la mejor manera para comunicar y "vender" la proposición (que no la oposición) a la sociedad, y en especial a los grupos más vulnerables y desinformados que basan sus preferencias electorales en quimeras vendidas con frases pegajosas.
"Es más fácil vender proyectos
que realidades".
Yo