Tengo miedo

Me da miedo pensar en el 2024, un año electoral clave, en el que a nivel federal, los mexicanos estaremos decidiendo no simplemente quién será el nuevo Presidente o los nuevos senadores y diputados, sino el rumbo del país, es decir, el FUTURO (así en mayúsculas) de todos.

Tengo miedo porque millones de mexicanos que, concebible, pero desgraciadamente, apoyaron la llegada al poder de un individuo que teniendo argumentos válidos resultó ser un fraude, lo siguen apoyando.

Tengo miedo a los morenistas fanáticos y a los resentidos sociales que no sólo no se dan cuenta que están siendo engañados con quimeras y promesas "danesas" de cambio, sino peor aún, que les están comprando sus conciencias con limosnas económicas e intelectuales que jamás los sacarán de la mediocridad o la pobreza.

Tengo miedo al Presidente, y a la caterva de oportunistas, mafiosos y delincuentes que le rodean porque independientemente de sus incapacidades y falta de oficio, han demostrado ser mentirosos, resentidos y vengativos, y porque no son iguales a los anteriores, como el Presidente dice, sino peores. Esta vez, además de ser corruptos, son personas malas, peligrosas, tramposas y mañosas.

Tengo miedo a un gobierno que no se inmuta por causar la muerte a cientos de miles de mexicanos con decisiones irresponsables en el sistema de salud y en el sistema de seguridad nacional.

Tengo miedo a un gobernante que califica a las clases medias como "aspiracionistas", que ve a los más conocedores y exitosos como enemigos, que disfruta el deterioro de los emprendedores y se burla de sus angustias, de sus pérdidas o de sus quiebras.

Tengo miedo a la "alineación" del Presidente y su partido a la izquierda revolucionaria de América Latina, y a las deferencias y admiración que profiere a dictaduras y gobiernos populistas que han llevado a sus países a la ruina.

Tengo miedo a los repetidos intentos para destruir la democracia, las instituciones ciudadanas autónomas, para modificar la Constitución y convertir a Morena en un partido de Estado, hegemónico, único.

Tengo miedo a los ataques a la opinión pública y medios de comunicación críticos.

Tengo miedo a un gobierno que diciendo ser "democrático" se queja y ataca la separación de poderes.

Tengo miedo al año 2024, no porque la mayoría pueda decidir libremente un rumbo distinto al que yo creo sería mejor para todos, sino porque "los dados están cargados".

Tengo miedo a la reacción del Presidente y de las Fuerzas Armadas bajo su mando, en caso de que los resultados de las elecciones presidenciales no le sean favorables.

Tengo miedo porque hay un claro intento para aplastar minorías incómodas y acabar a la oposición, pero no por los canales y reglas de la democracia, sino con mañas, abusos, ilegalidades y con el dinero de todos.

Tengo miedo de terminar viviendo en un país jodido social y económicamente, que expulsa el talento y vuelve sensata la emigración.

Tengo miedo del futuro de México, no por pesimista, sino porque veo que los escenarios negativos de corto y mediano plazo son altamente factibles.

Pero los miedos no desaparecen siendo pasivos o guardando silencio, sino actuando y hablando, con fuerza y contundencia. Hoy más que nunca, los ciudadanos estamos obligados a hacer nuestra parte (la mínima es salir a votar) para detener el desmantelamiento del país. Yo haré la mía. Seguiré haciendo, diciendo y escribiendo lo que sea necesario para hacer entender a los que no entienden o no creen que estamos en manos de un populista inepto que ha puesto a México en rumbo equivocado y en manos de un partido repleto de oportunistas, resentidos, delincuentes y corruptos. Y lo haré no por contribuir, como dicen, con mi "granito de arena", pues yo no creo en la eficacia de granos de arena aislados, sino para crear una avalancha que sepulte el populismo, el engaño y la manipulación de los más pobres.

 
 
· APOSTILLA
 
Yo no creo en los "granitos de arena". Para mí son sólo una idea romántica, cursi e ineficaz para lograr un fin. Yo creo en las avalanchas que resultan de agregar intención, cohesión, inercia y rumbo a millones de granos de arena, es decir, a millones de pequeñas acciones individuales.

A los granos de arena sueltos se los lleva el viento, a las avalanchas no. Una voz aislada no se oye, las voces de masas coreando al unísono, estremecen.

"El silencio materializa lo que tememos".

Yo