El infierno de Dante

El infierno de Dante

En el probable caso de que Morena vuelva a ganar las próximas elecciones presidenciales -que el teclado se me haga chicharrón-, lo único que garantizaría que no puedan hacer de la Constitución un papalote es que el control de la Cámara de Diputados y Senadores quede en manos de la oposición, y de esa manera obligarlos a negociar cualquier nueva ley o cambio constitucional que quisieran hacer, y restablecer los contrapesos al poder que siempre debieron estar.

Para ello, y para intentar ganar la Presidencia, la alianza electoral formada por el PAN, PRI y PRD, llamada Frente Amplio por México (FAM), se ha puesto de acuerdo para designar candidatos(as) comunes para competir exitosamente en el 2024, sólo falta que el partido Movimiento Ciudadano (MC) se sume a este frente.

Así se lee en el documento firmado por Cecilia Soto, presidenta del consejo nacional del Frente: "No se trata sólo de enfrentar con éxito el populismo autoritario, sino de reconstruir pluralmente a la República" (además porque) "padeceremos unas elecciones de Estado, donde los programas sociales, los aparatos del gobierno federal y de 23 gobiernos estatales, así como infinidad de recursos públicos operarán a favor del candidato(a) oficial".

El gobernador de Jalisco, Enrique Alfaro, lo resumió perfectamente: "Sin la unificación de la oposición, no hay mucho que hacer en la siguiente elección".

Dante Delgado, dirigente de MC, ha adelantado que no se unirá a ninguna coalición para competir en las elecciones del 2024, y hasta se "autodestapó" como posible candidato a la Presidencia. Su postura es, en mi opinión, mezquina, falta de nobleza de espíritu y altura de miras.

Cada vez que escucho el nombre de Dante me es imposible no relacionarlo con el de Dante Alighieri, autor de la (Divina) Comedia, y en especial con la más famosa de sus tres partes, El Infierno, en la que se describe cómo Dante y Virgilio se encuentran con los cobardes, aquellos que en vida nunca tomaron una posición definitiva ni se posicionaron en ningún camino.

En la obra literaria, el ánima de Virgilio, quien representa la razón, salva a Dante del infierno.

¿Quién será el Virgilio que convenza al Dante de hoy de dejar su condición de miseria moral para emprender juntos el viaje de salida del infierno mexicano, ese de miles de muertos, de miles de desaparecidos, de mentiras, abusos, corrupción y pobreza eterna?

Si tomamos como referencia el resultado de las elecciones federales de 2021, MC representa hoy aproximadamente el 7 por ciento del voto de los mexicanos, lo cual bien puede ser la diferencia, el "fiel de la balanza" en las próximas elecciones, por lo que es de suponerse que Dante debe estar tratando de vender caro su amor y haciendo cálculos de matrimonio o celibato.

Si en el 2024 el Frente Amplio pierde las elecciones por un margen menor a ese 7 por ciento, él, personalmente, será responsable de lo que pueda ocurrir en el país con otro sexenio, o quién sabe cuántos más, en manos de Morena.

Y lo mismo, si en la conformación de las mayorías en el Congreso, por causa de MC, el partido oficialista termina controlando al Poder Legislativo.

Si esto ocurre no sólo será el infierno de Dante, sino el infierno de todos.

Dante Delgado tiene ante sí una responsabilidad histórica. La sociedad, masivamente debemos no sólo pedirle, sino exigirle que se sume a la coalición. Que deje por una vez de lado sus intereses personales o sus ambiciones de poder, y anteponga el bien común.

El Virgilio que en el Infierno de Dante representa la razón somos los ciudadanos. Y lo que los ciudadanos que de una u otra manera simpatizamos con ese partido queremos es que se sume a la alianza opositora. Frente al populismo y la destrucción sistemática de las instituciones democráticas, las doctrinas partidistas resultan secundarias.

Los millones de ciudadanos que apoyamos al Frente Amplio por México somos conscientes de que en esa coalición hay al mismo tiempo personajes nefastos y valiosos, y que en el contexto actual no hay de otra: tenemos que jugar con la baraja que nos tocó, no por conformismo, sino por racionalidad. Y esa racionalidad nos obliga a exigirle a Dante Delgado que se adhiera a la alianza opositora, que no se hunda en el infierno de la historia y nos arrastre a todos con él.

"Para tener lo que quieres, muchas veces
hay que hacer lo que no quieres".

Yo