Órganos dependientes

Órganos dependientes

La Cámara de Diputados aprobó el viernes pasado, en comisiones, la eliminación de siete organismos autónomos: el Instituto Nacional de Transparencia, Acceso a la Información y Protección de Datos Personales (INAI), la Comisión Federal de Competencia Económica (Cofece), Instituto Federal de Telecomunicaciones (IFT), Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval), Comisión Reguladora de Energía (CRE), Comisión Nacional para la Mejora Continua de la Educación (Mejoredu), así como la Comisión Nacional de Hidrocarburos (CNH).

El argumento del Presidente para desaparecerlos es el del ahorro, lo cual es mentira. Primero porque las funciones de cada organismo no desaparecerán, sino que en lugar de que estén a cargo de organismos autónomos, las absorbería el gobierno a través de distintas Secretarías, y segundo, porque el propio AMLO ha dicho que no se despedirá a ningún trabajador, lo que significa que pasarán a ser empleados del Ejecutivo federal, donde nadie podrá ganar más que el Presidente. La mediocridad y la discrecionalidad serán la norma. Los intereses políticos y económicos serán la guía para aprobar o rechazar trámites, transparentar u ocultar información, regular en unos casos y taparse un ojo en otros.

La verdad es que la razón para desaparecer estos organismos no es el ahorro, sino el control y manipulación de la información, la eliminación de contrapesos al Poder Ejecutivo y ocultar información.

Por ejemplo, la principal función del INAI es (o más bien, era) garantizar que cualquier entidad o persona que reciba o ejerza recursos públicos o realice actos de autoridad entregue la información pública que soliciten los ciudadanos. Si ahora la información habrá que solicitarla a la Secretaría de la Función Pública, que depende del Poder Ejecutivo, lo que sucederá es que el gobierno nos dará la información que quiera, ocultará o "reservará" durante años la que no quiera que se conozca, o si acaso nos la da, será parcial o manipulada.

Y no habrá a quién reclamarle nada, ni manera de verificar su veracidad.

Los diputados de Morena y aliados, en aras de protegerse ellos mismos, sus tropelías y contubernios, les han quitado a todos estos organismos lo más importante que tenían: su autonomía. De esa autonomía depende la garantía de los derechos fundamentales de los ciudadanos, la transparencia de la actividad gubernamental y el freno a los abusos de la autoridad. De esa autonomía depende también la "desmonopolización" del poder político y económico, el uso no discrecional de los recursos públicos, la contención de la corrupción y la rendición de cuentas, y el contar con conocimientos especializados necesarios para la regulación de actividades económicas y tecnológicas complejas, como son las telecomunicaciones y la energía.

No sé qué más podemos hacer los ciudadanos que manifestarnos contra el abuso de poder de parte de los legisladores de Morena y aliados, que comienzan a dar muestras de lo que harán con nuestros derechos y con la democracia, si finalmente terminan -como parece que así será- con el número de diputados y senadores suficientes para modificar la Constitución, sin que esas curules las hayan obtenido en las urnas, tal y como ocurre hoy en Venezuela, donde tribunales cooptados por el gobierno, sin ninguna prueba y ocultando información, declaran vencedor una vez más a su verdugo.

Tardará para que la mayoría de los ciudadanos se dé cuenta que siempre será un error darle todo el poder a una sola persona o a un solo partido o coalición. Cuando eso ocurra, el esfuerzo ciudadano que se requerirá para revertir la situación será monumental y recordaremos la frase de Leonardo da Vinci que dice: "Es más fácil resistir al inicio que al final".

Por lo pronto, es una bocanada de sensatez el que la Presidenta electa haya postergado la aprobación de la reforma al Poder Judicial. Espero que esa decisión haya sido para hacerle modificaciones que realmente fortalezcan el Estado de derecho, eliminen la corrupción y den certidumbre jurídica a la inversión nacional y extranjera.

México es la economía número 14 del mundo, vecino y socio de la economía más grande del planeta. Por ello, más que preocupado por lo que pueda pasar, estoy triste por lo que no hemos podido ser.

"Sobre aviso no hay engaño,
el problema es cuando no hay aviso".

Yo