Sexta oportunidad

La propuesta de paz para Medio Oriente presentada hace dos días por el presidente Donald Trump y aceptada por el primer ministro de Israel, Benjamín Netanyahu, pone una vez más sobre la mesa la oportunidad para terminar la guerra y encauzar al pueblo palestino hacia un camino de paz y prosperidad como debieron haber hecho los líderes palestinos desde hace tiempo, en lugar de haber usado a su pueblo y enfocado todos sus recursos a la destrucción de Israel.
Digo una vez más porque, para los que no lo sepan, en cinco ocasiones anteriores, los líderes palestinos han tenido la oportunidad para crear su propio Estado y las han rechazado.
La primera fue en 1937, cuando la llamada Comisión Peel propuso dividir el territorio bajo control británico en dos partes, una para los árabes (80%) y otra para los judíos (20%). Los judíos aceptaron y los árabes rechazaron la oferta.
La segunda fue en 1947, cuando la ONU decidió nuevamente dividir el territorio (Plan de Partición). Los judíos aceptaron y crearon en su parte el Estado de Israel que hoy conocemos. Los árabes, que lo querían todo, rechazaron el plan y en lugar de que surgiera un Estado Palestino le declararon la guerra al naciente Estado de Israel. Perdieron la guerra, los disidentes se convirtieron en "refugiados palestinos" y Cisjordania y el Este de Jerusalén, pasaron a ser "territorios ocupados" por Jordania, no por Israel.
La tercera fue en 1967, luego de que las naciones árabes lideradas por Egipto intentaron destruir Israel en la llamada guerra de los seis días. Los árabes nuevamente perdieron la guerra, quedando todo el territorio en control de Israel, quien luego lo devolvió a cambio de paz. Pero en lugar de establecer el Estado Palestino, la Liga Árabe se reunió en Sudán para declarar los infames tres "no": no paz con Israel, no reconocimiento a Israel y no negociaciones con Israel.
La cuarta ocasión fue en Camp David (año 2000), cuando los entonces presidentes de Estados Unidos e Israel (Bill Clinton y Ehud Barak) ofrecieron al líder de la OLP, Yasser Arafat, la creación de un Estado Palestino con el 94% de Cisjordania y la totalidad de Gaza, teniendo como capital a Jerusalén Este. Arafat rechazó la oferta sin ninguna contrapropuesta. Así lo resumió Clinton: "Arafat estuvo aquí 14 días y dijo no a todo".
La quinta ocasión fue en 2008, cuando Israel hizo otro intento. El primer ministro israelí, Ehud Olmert, mejorando la propuesta anterior ofreció a Mahmoud Abbas, la creación de un Estado Palestino en el 97% de Cisjordania y un intercambio de tierras para compensar el resto, con capital en Jerusalén Este, conexión territorial con Gaza y control internacional de los lugares sagrados. Abbas no aceptó.
En cada ocasión las propuestas incluían territorio, autonomía y reconocimiento internacional, y en cada ocasión fueron rechazadas.
No obstante la barbarie del 7 de octubre cometida por Hamás, el nuevo plan de paz propuesto por Trump ya ha sido aceptado por Israel. Si Hamás hace lo propio, habría un cese al fuego inmediato y la creación de un marco de cooperación económica y humanitaria que abriría por sexta ocasión el camino a la creación de un Estado Palestino.
El pueblo palestino merece líderes que piensen en su desarrollo y prosperidad, no en la destrucción de sus vecinos. Merece hospitales, escuelas, empleo...
La responsabilidad recae ahora en Hamás: puede aferrarse a las armas y condenar a su pueblo a otra generación de sufrimiento, o puede aceptar el plan y abrir el camino a una nueva era de paz en Medio Oriente.
Y ahora también sabremos si a todos los manifestantes pro-palestinos que abogan por el fin de la guerra realmente les importan los palestinos, exigiéndole ahora a Hamás que acepte el plan y termine la guerra. De otra manera lo único que habrán demostrado es que su causa nunca fue pro-Palestina, sino simplemente el medio para canalizar sentimientos antijudíos, o ganas estúpidas de causar disturbios.
Ojalá y en medio todo el odio y fanatismo que rodea a Hamás y a todas las partes involucradas en este milenario conflicto surjan chispas de sensatez. Es mi deseo.
Curiosamente, el origen de la palabra "ojalá" es árabe (in sha' Allah) y significa "si Dios quiere". Espero que esta vez Allah sí quiera.
"La Paz en Medio Oriente llegará
cuando los árabes amen a sus hijos
más de lo que odian a los nuestros".
Golda Meir