Periodismo constructivo

La mayor parte del contenido de los noticieros de televisión, principalmente los de "horario estelar", son solo notas de policía, espacios informativos del género periodístico conocido como "nota roja". El núcleo de la información es de sucesos violentos, tragedias, desastres y escándalos de todo tipo, y además con un enfoque sensacionalista que satura y prioriza lo negativo, influyendo en el estado anímico de los ciudadanos y generando una sensación generalizada de impotencia, miedo y desesperanza.
Este fenómeno no es exclusivo de México, pero aquí su impacto es mayor, debido al exacerbado ambiente social y político actual, en el que la lucha por el control del gobierno y el crecimiento exponencial de la corrupción y el crimen organizado han secuestrado todas las conversaciones.
Antes de continuar debo decir que de ninguna manera sugiero que la realidad de lo que ocurre se deba ocultar por más terrible que ésta sea, lo que creo es que los hechos negativos no deben monopolizar la atención ciudadana, ni tener el protagonismo informativo que se les da.
No todas las notas de policía, ni todos los delitos, accidentes o crímenes deben convertirse en titulares, y mucho menos tenemos por qué enterarnos de incidentes viales estúpidos, de pleitos callejeros o de vecindad, que convierten a los involucrados en "lords" y "ladies" de distintos tipos, y que solo sirven para entretenimiento, burla y escarnio y fomentar el morbo colectivo, generando un innecesario ruido social que afecta la convivencia cotidiana y el bienestar emocional de todos.
Me parece urgente reflexionar sobre el rol social de los medios de comunicación, para balancear la información sobre sucesos negativos que realmente sean relevantes, con contenidos y narrativas más positivas y enriquecedoras.
Y como siempre he dicho que las críticas deben acompañarse con propuestas, les propongo a los medios de comunicación, que de manera voluntaria y responsable, reduzcan el protagonismo de las notas de policía, y en sus espacios centrales y primeras planas el protagonismo se le dé a todo lo favorable y positivo que ocurre en México y en el mundo. ¿Por qué enfocarse en lo malo, cuando lo bueno es mucho más en cantidad y tiene además la capacidad para estimular al bien?
Hay miles de historias de éxito comunitario y social, de avances científicos, tecnológicos y sociales que demuestran el progreso humano; miles de testimonios que reflejan esperanza, superación, compromiso y responsabilidad cívica; miles de creaciones artísticas y culturales que inspiran y fomentan la creatividad y el emprendimiento, y que además requieren de difusión para su sostenimiento.
Lo que hoy se hace es un periodismo de problemas y lo que necesitamos es un periodismo de soluciones.
Pienso que los medios de comunicación deben reeducarse a sí mismos y capacitar a los comunicadores, periodistas y reporteros para que cuando haya que informar hechos negativos importantes (los pleitos callejeros e incidentes menores deben hacerse a un lado) destaquen posibles soluciones o caminos hacia el cambio, y si eso no fuera posible, que al menos contribuyan a la formación de empatía y responsabilidad social frente a las noticias malas, y no dejar a la audiencia sin herramientas emocionales para procesar y digerir todas las notas rojas que presentan.
Esto se puede hacer mediante iniciativas proactivas que influyan positivamente en el desarrollo de los acontecimientos, en lugar de adentrarse en los detalles crudos y explícitos de la violencia, de los accidentes y desastres naturales sin mostrar en ningún momento que hay luz al final del túnel.
El sensacionalismo noticioso debe darse a las soluciones, no a los problemas; a los ejemplos a seguir, a lo mejor de la sociedad, a sus avances y logros, no a lo peor y no a sus errores, omisiones o miserias.
Hoy más que nunca necesitamos cultivar un enfoque periodístico que combine la realidad con la esperanza, amplificando y abriendo espacios para lo bueno, lo bello y lo constructivo, de manera que la información cure, motive, empodere y contribuya a un entorno social más sano y equilibrado.
En otras palabras, lo que propongo es un periodismo constructivo que así como investiga e informa de los males de la sociedad, investigue e informe sus posibles curas y les dé protagonismo a sus bienes.
"Sentir supera el ver, oír o decir".
Yo