Engaño judicial

En unas semanas más se llevará a cabo la elección judicial, que en las redes sociales describen como la elección que nadie necesita, de miles de personas que nadie conoce, en un proceso que a nadie le importa, con unas boletas que nadie entiende y, agrego yo, con unas consecuencias que nadie imagina.

Para no opinar sin saber, me di a la tarea de investigar lo básico: cómo serán las boletas en las que se registrará el voto y quiénes son los candidatos y qué diferencias hay entre ellos. No porque piense ir a votar -no voy a validar con mi voto el control del Poder Ejecutivo sobre el Poder Judicial-, sino para conocer a detalle la complejidad de esta elección-engaño judicial.

Entré a la página del INE (ine.mx) donde se puede "conocer" (es un decir) a los candidatos y así, según dicen ellos, votar de manera informada.

Suena sencillo, pero no lo es. Para empezar, hay que decidir qué tipo de candidatos buscar, lo cual puede ser en función del Poder de la Unión que los postula, si están en funciones o si son hombres o mujeres.

Decidí buscar candidatos hombres, postulados por el Poder Ejecutivo en mi Estado y en mi sección electoral.

El resultado mostró seis categorías, según el tipo de candidatura que se trate, y dentro de cada categoría la lista de nombres de las decenas de participantes. En este caso resultaron: 64 candidatos a ministros(as) de la SCJN; 38 candidatos a magistrados(as) del Tribunal de Disciplina; 15 para la Sala Superior del TEPJF, 17 para la Sala Regional y 28 para los de Circuito, y 19 candidatos a Jueces(zas) de Distrito. En total 181 candidatos.

Ahora, había que saber no solo el nombre de cada uno de ellos, sino qué conocimientos y experiencia tienen, conocer algo de su historia personal, su independencia, etcétera.

Para ello, había que dar clic en cada nombre (solo lo hice en un par de ellos, al azar) con lo que apareció una ficha con la fotografía del candidato, su número en la lista, el cargo al que contiende, su sexo y su especialidad, y en algunos casos ligas a página web, a sus redes sociales, y hasta sus datos de contacto, como si los ciudadanos fuésemos a llamarles para ver si "nos late" votar por ellos.

Ingresé luego al simulador para "practicar el voto" tal como será en las casillas. Hay una boleta para cada tipo de cargo a elegir, cada una de color distinto.

Por ejemplo, en la primera boleta (morada) para elegir ministros de la SCJN, hay que escribir en un lado, cinco números correspondientes al nombre de 5 mujeres, y en el otro, 4 números correspondientes a 4 hombres, seleccionados todos de la lista de 64 candidatos que ahí mismo aparecen.

La boleta para elegir magistrados de circuito (rosa) tiene un grado adicional de complejidad, pues en esta hay que ver que los números de los candidatos que elegimos correspondan por color a la especialidad que corresponde.

Ahí noté un "pequeño" detalle: en unos casos solo hay una opción para elegir, lo que quiere decir que, para esos cargos, el ganador ya está designado. Y esto no es solo una observación mía. Hace unos días se publicó en distintos medios, que en las boletas de Durango aparecerán solo 49 candidatos a jueces y magistrados para los mismos 49 cargos estatales. Es decir que, el resultado de la elección en ese estado ya está resuelto.

El cochinero y la inoperancia de este método de selección de jueces y magistrados es más que evidente. ¿Pero con quién, en dónde o frente a cuál organismo autónomo nos podemos quejar los ciudadanos?

¿En el INE, en la Comisión de Derechos Humanos, instituciones que dejaron de ser autónomas y están cooptadas por el propio gobierno?

¿Habría alguna instancia internacional a la que podamos recurrir? Y si así fuera, es iluso pensar que el Poder Ejecutivo actual acataría sus recomendaciones, sobre todo porque somos un Estado "soberano" que al único que obedece es al "pueblo".

Bueno fuera que la soberanía mexicana sirviera para algo más que exacerbar nacionalismos estúpidos.

La única soberanía que podemos presumir los mexicanos es la de ser unos soberanos idiotas por permitir que delincuentes, corruptos y criminales nos gobiernen, nos engañen y se hagan ricos a nuestra costa.

Lo único que va a cambiar con la reforma judicial son 70 años del PRI por 100 de Morena.

"Para que los pobres sean primero, los políticos deben ser al último".

Yo