Incongruencias

Uno de los temas más comentados en los últimos días ha sido la nota publicada por el diario español ABC y que decía que fuentes diplomáticas confirmaron que Beatriz Gutiérrez Müller (BGM), esposa de AMLO, solicitó la nacionalidad española, así como el permiso de residencia para instalarse en Madrid con su hijo Jesús Ernesto, de 18 años, que comenzaría sus estudios en una universidad pública madrileña, diciendo además que vivirían en La Moraleja, una de las más lujosas y exclusivas zonas residenciales de Madrid.

Ante la andanada de críticas e indignación causada por esta información, y en un intento por desmentirla, BGM dijo en redes sociales: "No me voy a vivir a España ni a ningún otro país. Vivo en México, aquí trabajo, aquí está mi familia, aquí está mi casa. Las versiones que circulan son inventos de personas malintencionadas. Amo a México y aquí seguiré".

Sin embargo en ninguna parte niega haber iniciado trámites de residencia o nacionalidad.

Luego circuló otra carta firmada por la propia BGM, con su apellido extrañamente mal escrito (Mueller en lugar de Müller) en la que brevemente y sin mayores explicaciones vuelve a decir que vive y trabaja en México, y se concentra en elogiar los logros del sexenio de López Obrador, evadiendo el punto medular: si solicitó o no la residencia o nacionalidad española.

Cualquier persona es libre de buscar otra residencia o nacionalidad. Millones de personas en el mundo lo hacen. El punto aquí es la contradicción. Lo que está en juego es la coherencia del discurso presidencial frente a las vidas privadas del círculo más íntimo de AMLO y de la 4T.

El que una persona con la capacidad económica para tener dos casas, en este caso una en México y otra en España, diga que vive en México, es relativo. Según convenga puede afirmar que vive en un lugar o en otro. Pero la residencia de una persona no se define únicamente por tener una casa o un lugar físico; depende de varios criterios legales, fiscales y sociales, y con el tiempo que se pasa en cada lugar. Además de que es posible tener doble nacionalidad. Así que la pregunta a BGM no es dónde vive, si en México o en España, sino cuánto tiempo pasa en cada país, si tiene una segunda (¿o primera?) casa allá, y lo más importante, si solicitó o no la residencia o nacionalidad española.

El tema tiene importancia por dos monumentales incongruencias:
 
La primera es que se trata nada menos que de España, país al que junto con su esposo, le exigió unas ridículas disculpas por la conquista de Hernán Cortés hace 500 años, cuando ni México era México, ni España era España, asunto que llevó a poner "en pausa" las relaciones diplomáticas y a no invitar a la toma de posesión de Claudia Sheinbaum al Rey de España, a quien tendría que jurar fidelidad en caso de obtener la nacionalidad española, además de obediencia a su Constitución.

Y la segunda es de índole económica, es decir, de enriquecimiento inexplicable. En el 2018, López Obrador en su declaración patrimonial dijo que ganaba 97 mil pesos mensuales netos como Presidente, que tenía una cuenta de nómina con poco más de 400 mil pesos y que no tenía más bienes o inversiones. En esa misma fecha, BGM como cónyuge, declaró que tenía ingresos modestos por actividad profesional (escritura, docencia, colaboraciones) de alrededor de 400 mil pesos anuales, cuentas de ahorro con saldos menores, una casa en Puebla con valor aproximado de 2.7 millones de pesos y un automóvil de uso particular.

Y si ahora, ni siquiera su esposo tiene pensión como ex Presidente, ya que él mismo las eliminó, ¿de dónde sacan para vivir ambos como viven, para que su hijo menor estudie en el extranjero, o para rentar o comprar una segunda casa, y no se diga si fuera en una de las zonas residenciales más lujosas de Madrid?

En este caso las preguntas a BGM deben ser solo dos: ¿solicitó o no la residencia o nacionalidad española?, y si es cierto, ¿de dónde saldrían los recursos para pagar esa vida, que muchos, inclusive los que quisieran salir de México por la violencia e inseguridad que se vive, no pueden tener, ya sea porque no cuentan con la economía suficiente o con los antecedentes familiares necesarios para volverse ciudadanos españoles y vivir permanente y legalmente en aquel país.

La verdad es que faltan muchas explicaciones.

"Somos lo que hacemos,
no lo que decimos".

Yo