Apologías del bien

Apologías del bien
Apología-del-bien-Image-1.jpg

Ríos de tinta han corrido desde la captura de “El Chapo” narrando los detalles de su re-aprehensión y de todo lo que alrededor de la vida de éste capo se ha podido saber, desde que posee una flota de submarinos, barcos y aviones, hasta la marca de la camisa que utilizó en la entrevista que le concedió a Kate del Castillo y Sean Penn, y que se dio debido su interés en hacer una película de su vida.Supongo que el filme justificaría de alguna manera sus acciones, como lo dejó ver en el video publicado de la entrevista que le hicieran, cuando dijo que en el pueblo de Badiraguato donde se crió, no había fuentes de trabajo, y la única manera de sobrevivir era entrando al negocio de las drogas. La película no sería otra cosa que una apología de sí mismo.

​Al respecto, lo único sensato y constructivo que he oído lo dijo el Secretario de Educación Pública, Aurelio Nuño, quien afirmó que “de ninguna manera se puede enaltecer la imagen de El Chapo Guzmán, ya que su vida no puede ser considerada una referencia de éxito; (…) no se puede hacer una apología de quienes están violando la ley, de quienes han cometido graves ilícitos y de quienes dañan a nuestra sociedad”.

​Para adoptar una posición en éste caso, y en todos aquellos en los que se pretende justificar la comisión de actos delictivos, corruptos o faltos de ética, hay que entender bien lo que es una apología, y en particular las apologías de delincuentes.

​Una apología es un discurso de palabra o por escrito, en defensa o alabanza de alguien o algo. En el ámbito del derecho penal, una apología del crimen, es un delito, el cual consiste en el elogio, solidaridad pública o glorificación de un hecho que ha sido declarado como criminal, o de su autor a causa de este hecho.

​¿Porqué es un delito valorar o elogiar a criminales y delincuentes? Porque es una instigación indirecta al delito y al crimen.

​Al reconocerle valor o mérito a un hecho cualquiera que sea, lo que se provoca o induce es a hacerlo, a repetirlo, o a emular a las personas que los llevan a cabo.

​De esta manera, si en lugar de hacer apologías de criminales y delincuentes con narco-corridos, películas y series de televisión, -en las que luego de cientos de capítulos por momentos llegamos a verle el lado bueno y humano a los asesinos y delincuentes machos de la peor calaña- mejor hacemos apologías del bien, valorando y defendiendo públicamente hechos y conductas sanas, nos iría mejor como sociedad.

​Frente a tanta violencia, corrupción e impunidad, y frente a la vida de lujos y placeres que algunos delincuentes de alto perfil logran, lo que toca hacer es hacer es valorar y defender públicamente a quienes con trabajo honesto logran una vida digna; a los que cumplen las leyes, a los que estudian y aprueban exámenes, a los que no consumen drogas, y a quienes tienen escrúpulos y se abstienen siempre de hacer el mal.

​Debido a que hoy en día el éxito de una persona se mide en dinero, lujos y bienes materiales, mostrar las casas, aviones, autos deportivos y pistolas forradas de oro, propiedad de capos y criminales, hacen ver estas banalidades, como símbolos de éxito y metas aspiracionales para muchos, particularmente para los jóvenes de escasos recursos, mandando además el mensaje de que este tipo de vida es posible por el camino de la violencia y la ilegalidad, sin importar que el precio a pagar por ello sea el terminar preso o morir joven, que lo bailado ya nadie se los quita.

​Defender personas que por un lado logran sus objetivos sembrando muerte o corrompiendo todo, y por otro se dan golpes de pecho y para tranquilizar su conciencia construyen iglesias y “ayudan” a personas y comunidades a su alrededor, es justificar los medios para conseguir un fin.

​En otras palabras lo acaba de decir el Papa Francisco, al diferenciar a los “pecadores” que se arrepienten, de los corruptos y de los hipócritas que llevan una doble vida: “la belleza de ser sepulcros blanqueados, que parecen bellos por afuera, pero dentro están llenos de huesos muertos y de putrefacción”.

“Me opongo a la violencia porque cuando parece que hace bien, el bien que hace es temporal y el mal que hace es permanente “ Gandhi