El número uno
¿Cuál es la verdad en las cifras de secuestros, homicidios, extorsiones, y otros delitos con las que se mide la seguridad nacional? Tuve oportunidad de leer un reporte de la situación en México en el 2015 en materia de seguridad e inteligencia, elaborado por una importante compañía consultora que brinda asesoría en seguridad y control de riesgos a empresas transnacionales así como a distintas organizaciones gubernamentales, incluyendo las Naciones Unidas.
El reporte toma en cuenta tanto información oficial, que muchas veces es incompleta o discrepa con la realidad, como de otras fuentes y medios de comunicación, la cual es organizada de manera que permite identificar y concluir datos que los reportes del gobierno no proveen, como el número de balaceras en las calles, ataques a civiles en lugares públicos, secuestros, extorsiones, homicidios, ataques a las autoridades, cuerpos encontrados, etc., y la ubicación geográfica de éstos incidentes que ponen en contexto la información y ayudan a identificar tendencias y las regiones de mayor riesgo del país a merced del crimen organizado.
En materia de secuestros, por ejemplo, si bien éstos disminuyeron 27% en los primeros once meses del 2015 en comparación con 2014, el reporte señala que México sigue siendo el número uno del mundo, seguido por India, Iraq, Nigeria, Pakistán y Venezuela, en ese orden.
Las cifras oficiales en ésta materia son poco confiables, y deben considerarse significativamente menores a la realidad, ya que como es sabido, la mayoría de las víctimas nunca reportan el incidente a las autoridades debido al miedo de que esto dificulte su resolución, y a que las propias policías estén involucradas, como ha resultado ser en repetidas ocasiones.
Y en cuanto a extorsiones y homicidios se refiere, las cifras y conclusiones del reporte son impresionantes.
Según el Observatorio Nacional Ciudadano, en el 2013, el número de extorsiones en todo el país fue de mas de 5´994,000, de las cuales solo el 2.2% fue reportado.
En el rubro de homicidios, los datos del 2015 revelan que por primera vez luego de cuatro años hubo un incremento.
52 personas son asesinadas en México cada día, lo cual es 108% mayor que en el 2014. Los estados que mayor incremento de homicidios tuvieron respecto del año anterior, fueron: Baja California Sur (271%) Zacatecas (176%) Colima (135%) Guerrero (129%) y DF (122%).
Los estados mas violentos en el 2015, fueron en primer lugar, el Estado de México, seguido de Guerrero, Sinaloa, Jalisco y Chihuahua.
En este tipo de información se basan las alertas de viaje que de tiempo en tiempo emite el gobierno de Estados Unidos, para que sus ciudadanos eviten visitar ciertos lugares.
¿A que se deben estos aumentos? El incremento de homicidios encuentra explicación en la aprehensión de los principales líderes de las organizaciones criminales, considerados mucho mas experimentados y “moderados” que sus suplentes, quienes para competir y ganarse el respeto en su organización y entre sus rivales, utilizan mas violencia que sus antecesores.
Adicionalmente señala el reporte, debido a que la incautación de cargamentos de droga a los Estados Unidos se ha vuelto mas efectiva, las organizaciones criminales han tenido que incursionar en otras actividades para mantener sus ingresos.
¿O acaso alguien piensa que si se le acaba el trabajo a un sicario o a un narcotraficante éste va a buscar empleo en una empresa, cuando el sueldo que le ofrecen se lo gana en un minuto con solo sacarle una pistola a un transeúnte?
El mal siempre ha existido y seguirá existiendo. Es un ser vivo que cambia de forma y evoluciona para sobrevivir.
Si le cortan una cabeza, le nacen otras, si le cortan un brazo, le salen tentáculos, si le quitan un alimento aprende a comer otros. Pensar que es posible acabar por completo con la delincuencia o la corrupción, una ilusión. El éxito es confinarla a ciertos límites y mantenerla ahí, donde menos daño haga, y en paralelo enfocarnos en el aumento de los niveles de educación y las oportunidades de trabajo, para que en el tiempo las nuevas generaciones no vean al crimen organizado como la mejor o la única opción para lograr una vida digna.
“El crimen y las vidas malas, miden el fracaso del Estado. Todo crimen al final es un crimen de la sociedad”. H.G. Wells.