De puño y letra
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¿Cuándo fue la última vez que alguien de ustedes mandó o recibió una carta, mensaje o invitación escrita a mano, de puño y letra?​​Decir que un escrito es “de puño y letra” es adjudicar su autoría a una persona determinada. Significa además que el escrito es auténtico, de su propio autor y de su propia caligrafía.

​Hoy para adjudicar la autoría de un escrito a una persona, tendríamos que decir que es de su dedo y tecla.

​Escribir a mano, con letra cursiva es una habilidad que se ha ido perdiendo, y cada vez hay menos personas con “buena letra” y muchas, la mayoría diría yo, con “mala o pésima letra”, aunque eso no necesariamente significa que la redacción o las ideas expresadas en los textos que escriben a mano, sean buenas o malas.

​Podemos escribir toda clase de tonterías y estupideces ya sea a mano, con letra derechita, adornos caligráficos y sin salirnos del renglón o en teclados de computadoras, con buenas tipografías y tamaños de letra bien proporcionados. Y de igual manera, podemos encontrar (escribirlas es mas difícil) genialidades y textos maravillosos escritos a mano con pésima letra.

​La calidad estética de un escrito a mano no es garantía de la calidad de su contenido intelectual, aunque siempre será deseable, agradable, romántico, personal y atractivo, ver y leer, y mas aún, recibir cartas y todo tipo de mensajes escritos a mano, con letras impecables, elegantes, limpios, y sin errores o tachaduras.

​Tener buena letra, o destreza caligráfica, es algo que se aprende desde niños, y requiere de cierto orden y paciencia, y sobre todo de mucha práctica, para que escribir bien se vuelva costumbre y parte de uno mismo.

​Cada vez que alguna de mis pequeñas nietas empuña mal un lápiz (o un tenedor) se los hago ver, les muestro como debe hacerse, como deben acomodar los dedos sobre el instrumento en cuestión. La razón para ello no es solo de índole estética o de buenos modales, lo cual debiera ser razón suficiente, la razón es que empuñando bien una pluma o un lápiz se pueden lograr resultados mucho mas precisos y delicados.

​No hay manera de escribir o dibujar bien empuñando mal la pluma o el lápiz. En el resultado influyen además, la postura, la colocación, distancia y tipo del papel utilizado y sobretodo, la atención y tiempo que se le dedique al objetivo, porque no tengo duda, a la hora de escribir o dibujar algo a mano, la velocidad es enemiga de la calidad y de la precisión.

​Solo luego de años enteros de escribir y dibujar a mano todos los días, puede lograrse que la velocidad y la calidad vayan juntas. Nunca a la velocidad de un teclado, pero nunca con la despersonalización e insensibilidad que emanan de los textos o dibujos digitales. ​

​Siempre llamó mi atención las notificaciones escritas que recibía de una institución cultural para invitarme a asistir a las juntas de consejo. Si bien eran elaboradas en una computadora, impresas y firmadas personalmente por su presidenta, inmediatamente debajo de su firma, venía un mensaje escrito a mano, de su puño y letra que decía simplemente: “Te espero”, seguido de un saludo manuscrito y una segunda firma.

​El texto impreso y la primera firma era institucional. Simplemente informaba e invitaba. El mensaje escrito a mano y la segunda firma, era la comunicación personal, la que me obligaba y comprometía a asistir, y la que me hacía sentir especial e importante.

​Creo que no hay mejor ejemplo que este, para hacer ver la importancia y la diferencia que hace el escribir a mano y mandar mensajes por medio de emails o WhatsApp (que en español significaría un nada cuidadoso “Qué pasó”)

​No desmerezco la intención detrás de las comunicaciones electrónicas. Entiendo y acepto que en el mundo actual, la mayoría de las veces, son la única forma de estar en comunicación, lo que quiero hacer ver, es que cuando sea posible, cuando queramos hacer sentir bien, importante, especial o querida a una persona, una buena manera de hacerlo es comunicándonos con ella en persona, y si no es posible, el siguiente nivel de demostración de interés y cariño, es de “puño y letra”, y si esto tampoco fuese posible, entonces como sea, que al final cualquier forma de comunicación es mejor que ninguna.

“Dedicar tiempo es dedicar la vida” Yo.