El valor de la autocrítica
La semana pasada, en una ceremonia llevada a cabo en el Instituto Cultural Cabañas, recibí la Presea Trayectorias 2017, un reconocimiento que la revista México Design otorga para destacar lo mejor de la arquitectura en nuestro País. Decidí escribir de esto porque consideré que sería de interés de mis dos lectores (como dice Armando Fuentes Aguirre / "Catón") conocer lo que dije al recibir ese galardón, lo cual tiene que ver con mi desprecio a la vanagloria y aprecio a la autocrítica, y no por esa insincera actitud llamada "falsa modestia" que conscientemente resta importancia a los logros y valores personales con el fin de conseguir reconocimientos o aceptación social (aunque los que deliberadamente buscan recibir premios y reconocimientos no me crean) sino porque considero mentecato jactarse del propio valer u obrar.
Por razones de espacio, relato sólo algunos extractos de lo que ahí dije.
No es fácil aceptar ser reconocido cuando se es, como lo soy, un crítico implacable que somete toda su obra a una autocrítica seria para descubrir aciertos y sobre todo errores, que si bien por un lado son los que más nos hacen aprender, por otro son los que, al menos a mí, me ponen en un estado de insatisfacción permanente.
Pienso que sólo puede sentirse completamente satisfecho quien se excluye de la autocrítica y detiene la búsqueda.
La autocrítica es fundamental para la innovación, el progreso de la sociedad y el desarrollo personal. Sin ella no es posible el cambio, y todo lo que hacemos resulta pobre o mediocre.
En una de las frases "no tan célebres" que me gusta acuñar digo que "La autocrítica mas honesta es el suicidio".
Entiendo que se refiere a un perfeccionismo extremo y enfermizo, y aunque no creo estar en ese caso (...espero), la autocrítica verdaderamente honesta es la que permite identificar y reconocer, sin engañarnos, nuestras carencias, errores y defectos, y al escudriñarlos y descifrar sus causas, hacer de nuestras vidas personales y profesionales, un proceso evolutivo de "mejora continua".
La verdad es que nada es fácil si se quiere hacer bien, y todo tiene problemas.
Pero la vida consiste en resolver problemas, y la diferencia entre éxito y fracaso depende de la manera como los resolvemos.
Dicen, y así lo creo, que innovar o inventar algo no es una creación original a partir de cero, sino encontrar nuevas soluciones a viejos problemas.
Por ello sostengo que en la vida, y en particular en los procesos creativos, "no hay nada nuevo bajo el Sol, sólo nuevas formas de acomodar lo mismo".
Cualquier edificio, cualquier libro, cualquier producto, obra o creación que nos impresiona o conmueve está hecho con las mismas piedras, los mismos materiales o las mismas palabras que tantas obras irrelevantes tienen. La diferencia es que están organizadas de distinta manera.
Así como en álgebra el orden de los factores puede alterar el producto, en una obra literaria las mismas palabras acomodadas de cierta manera producen resultados diferentes: nos pueden hacer pensar, llorar o reír; las mismas notas musicales acomodadas en cierto orden y ritmo producen melodías que nos emocionan o nos perturban; y en la arquitectura, los mismos materiales, colores y texturas acomodados en cierta forma nos hacen apreciar la belleza o la fealdad, sentir intranquilos o en paz.
En todos los campos del quehacer humano, los placeres y los avances consisten en ver y acomodar lo que hay bajo el Sol de otra manera.
Pareciera que la naturaleza está hecha de un modo y los humanos la necesitamos de otro. Los árboles los queremos transformados en tablas y papeles, las montañas en placas de mármol, los desiertos convertidos en bosques, los minerales fundidos en vigas de acero, el agua, entubada o embotellada y hasta el Sol convertido en electricidad.
A todos nos toca pensar nuevas formas de acomodar las cosas, pues parece que poco a poco las hemos ido organizando de manera perjudicial y conflictiva para la vida en común; a todos nos toca hacer algo provechoso con los privilegios y oportunidades que la vida nos dio, sobre todo en momentos como los que actualmente atraviesa México.
"Una idea nueva es un nuevo acomodo de las viejas palabras".
Yo