Pase usted
Si algo llama fuertemente mi atención es el comportamiento social, y particularmente el mal comportamiento.Hace poco estuve en Nueva York y pude apreciar una campaña que las autoridades del Metro Transit Authorithy (MTA) de esa ciudad introdujeron en los vagones de ese importante medio de transporte público. La campaña titulada, “Courtesy Counts” (La Cortesía Cuenta) tiene como objetivo modificar el mal comportamiento dentro del Metro, exhortando a los usuarios a utilizar prácticas que mejoran el funcionamiento y hacen mas agradable la experiencia a la hora de usar ese medio de transporte.
Carteles colocados en los vagones con distintas frases y dibujos
invitan al público comportarse de una manera cortés y educada y señalan lo que se debe y no se debe hacer, es decir las reglas de etiqueta y cortesía elemental que los usuarios deben aplicar como: no poner las mochilas, bolsas o portafolios personales en los asientos para dejar libre el lugar a quien lo necesite; no comer en los vagones como si fuese un restaurante; quitarse la mochila de la espalda para no golpear a las personas alrededor o utilizar mas espacio, etc.
La Cortesía Cuenta, debiera ser un concepto de campaña permanente en México no solo en el uso de transporte público urbano, sino también en otros medios y lugares públicos, como aviones y aeropuertos, cines, parques, etc. y de manera muy especial las calles de la ciudad, porque parece que a la hora de andar en ellas, particularmente en automóvil, la cortesía no existe o se transforma en demostraciones de poder y egoísmo.
Quien no ha tenido que quedarse parado en la sala de espera de un aeropuerto porque los asientos están ocupados con mochilas y portafolios; quien no se ha quedado atorado en un carril porque nadie hace caso a una “direccional” con la que pedimos el paso; quien no ha sufrido el congestionamiento vial, porque alguien bloquea el cruce de una calle, o porque simplemente quiere pasar primero, etc.
El “pase usted” que sin ningún problema de educación u orgullo utilizamos en la vida personal y cuando andamos “a pie”, por alguna extraña razón desaparece en la vida colectiva o cuando andamos en coche.
“Pase Usted”, podría ser la versión mexicana de una campaña de cortesía urbana elemental equivalente a la de La Cortesía Cuenta, pero ampliada a otros ámbitos y que nos haría bien a todos, mucho mas que esas campañas públicas en las que se gastan enormes cantidades de dinero solo para mostrar logros de dependencias de gobierno o tantas otras campañas de “concientización” que se difunden en anuncios en la calle, en la radio o televisión, con argumentos, escenas y lenguaje, poco entendidas y que caen en una especie de vacío social.
Por ejemplo, ¿quien luego de haber visto un cartel u oído la cancioncita y rima tonta de la campaña ¡Chikungunya, haz que huya! entiende los riesgos y prevenciones necesarias para evitar la transmisión de este virus?
Me parece importante, modificar la forma en que el gobierno se comunica con nosotros, como nos comunicamos nosotros con el gobierno, y entre nosotros mismos, porque como hasta ahora le hemos hecho, no parece estar funcionando bien.
En el libro “El mexicano, aspectos culturales y psicosociales” Raúl Béjar Navarro, dice que “es urgente desarrollar un plan para investigar el ‘carácter nacional’: recoger datos sistemáticos sobre sentimientos, emociones, afectos, motivaciones, formas de percepción, pensamientos, creencias, preferencias y formas de comportamiento social que dentro de la diversidad del universo individual sean uniformes en el plano colectivo.”
Como creo que los mexicanos en el plano individual somos por lo general mejores personas que en el plano colectivo, las ideas expresadas en campañas tendientes a cambiar actitudes deben dirigirse a las percepciones, pensamiento y forma de comportamiento básico de la gente.
Debemos buscar la manera de extender al comportamiento social valores individuales propios de nuestra cultura y cortesía cotidiana como el de “mi casa es su casa” o el “pase usted”, para que así como sin ningún titubeo cedemos el paso a desconocidos frente a una puerta, les cedamos el paso frente a un volante.
“Nada mas insufrible que la falta de cortesía básica” Bryant McGill